Veinte investigadores europeos hallaron un conjunto de cinco exoplanetas orbitando rítmicamente alrededor de una estrella central. Las Islas Canarias vuelven a ser noticia en materia astronómica gracias a un increíble descubrimiento que se observó desde sus poderosos telescopios: un grupo de cinco exoplanetas que mantienen una peculiar coreografía orbitando en torno a una estrella central.
Es decir: un hallazgo que podría llevarnos a otro sistema solar parecido al nuestro. El descubrimiento galardona el trabajo de varios años que encaró un equipo internacional e interdisciplinario de 20 científicos a cargo de Adrien Leleu, investigador de la Universidad de Ginebra y de la Universidad de Berna (Suiza), con quien también colaboraron investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
El conjunto fue denominado TOI-178 y la primera vez que el grupo lo detectó, en 2018, a 200 años luz dentro de la constelación Sculptor, pensó que se trataba de dos planetas que compartían la misma órbita para girar alrededor de una estrella central. Sin embargo, profundizaron las observaciones y de dieron cuenta de que estaban ante algo muy diferente: "No había dos planetas orbitando alrededor de la estrella a la misma distancia, sino varios planetas de tamaños y masas disímiles con una configuración muy especial", explica Leleu en el paper publicado en la revista científica Astronomy & Astrophysics.
Exoplanetas que orbitan en resonancia
A excepción del más próximo a la estrella central, todos ellos están en resonancia y respetan una danza rítmica que los desplaza a lo largo de sus órbitas. Replican patrones recurrentes de desplazamiento en su movimiento orbital, tan perfectos, que algunos planetas se alinean cada cierto número de vueltas.
Y sucede según la siguiente fórmula: 18:9:6:4:3. Esto significa que mientras el planeta más próximo a la estrella axial da 18 vueltas alrededor de ella, el que le sigue da 9; y el próximo sólo ejecuta 6, a causa de su órbita más amplia… y así sucesivamente hasta que el último y más lejano sólo alcanza a dar tres vueltas completas.
Los nuevos exoplanetas orbitan en resonancia, es decir respetan patrones matemáticos y se alinean cada cierta cantidad de vueltas
Algo parecido sucede con tres de las lunas más famosas de Júpiter: Io, Europa y Ganímedes, que se desplazan en torno a su centro siguiendo el patrón 4:2:1.
Sin embargo, el hallazgo del equipo de investigadores del Observatorio Europeo Austral (ESO) es mucho más significativo y complejo en materia de sistemas planetarios ya que involucra -hasta ahora- a seis exoplanetas.
En nuestro sistema solar los planetas siguen cierto ordenamiento: los planetas rocosos y densos más cerca de la estrella central y los planetas gaseosos y de baja densidad más alejados.
Uno de los planetas es rocoso y denso como la Tierra, pero no se encuentra en zona habitable
En TOI-178 uno de los exoplanetas del conjunto es muy denso y de tipo terrestre, se encuentra justo al lado de un planeta de tamaño similar, pero con muy poca densidad; es una especie de mini-Júpiter, pero junto a otro muy parecido a Neptuno.
Este tema no es menor ya que, en general, los planetas que integran un sistema tienen densidades diferentes si protagonizaron alguna catástrofe cósmica.
Sin embargo, este no parece haber sido el caso en TOI-178. "Las órbitas de este sistema están muy bien ordenadas —explica el español Roi Alonso, coautor del estudio y graduado del IAC, precisamente con una tesis sobre detección de exoplanetas—, lo que nos indica que este sistema ha evolucionado con bastante suavidad desde su nacimiento”.
La armonía coreográfica del movimiento orbital y las densidades desordenadas de los planetas son un blanco y negro, un contraste que desafía aún más la inteligencia de los investigadores que quieren responder cómo se formaron y evolucionaron los planetas.
Ninguno de los seis exoplanetas del TOI-178 se encuentra en la zona habitable de la estrella; es decir, no cuentan con una radiación incidente que permita la presencia de agua líquida sobre la superficie rocosa.
Sin embargo, los investigadores pasaron de tres a desdubrir seis planetas guiándose por matemática pura: continuando la cadena de resonancia. Esto significa que podrían encontrar otros planetas que podrían existir en esta zona de habitabilidad o muy cerca de ella. Es decir, que tengan vida.