Una ola de nieve cegadora y fuertes vientos azotó el este de Estados Unidos hasta la madrugada del domingo, dando forma a una de las tormentas invernales más severas en años que provocó caos en el transporte, cortes de energía y obligó a restringir al mínimo todas las actividades úblicas y comerciales. Grandes ciudades como Nueva York y Boston fueron las más afectadas por la tormenta, que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) confirmó que se intensificó en el correr del sábado hasta convertirse en un "ciclón bomba", tormenta que se caracteriza por caídas fuertes rápidas de la presión atmosférica
La tormenta de nieve considerada por las autoridades "potencialmente mortal" paralizó prácticamente la rutina de esa región habitada por unos 70 millones de personas, llevando además a la cancelación de casi 4.700 vuelos previstos para el fin de semana en distintos aeropuertos de la región.
Las partes más afectadas de Nueva York y Massachusetts recibieron unos 61 centímetros de espesor de nieve al comienzo de la tarde del sábado, con más de 95.000 hogares en sin electricidad en ese segundo estado.
La nieve en Boston igualó el récord de un día registrado en 2003 con casi 60 centímetros de nieve según el NWS.
El NWS ya había alertado en la zona noreste de Estados Unidos que los vientos podrían alcanzar entre 80 y 120 km/h y hacer las "condiciones de viaje casi imposibles".
Nueva York y el estado vecino de Nueva Jersey, además de Virginia, Maryland y Delaware, declararon la emergencia para la totalidad o parte de esos estados.
La red de metro de la "Gran Manzana" ha funcionado casi con normalidad y como es habitual con el mal tiempo, ha servido de refugio a miles de personas sin hogar durante la tormenta. Las autoridades recomendaron a los residentes evitar traslados innecesarios por los riesgos derivados de las inclemencias.
Máquinas esparcidoras de sal y quitanieves estuvieron sumamente activas en Nueva York, donde el famoso Central Park fue cubierto por unos 20 centímetros de nieve y se paralizaron parcialmente las líneas de trenes regionales. En Times Square, corazón de la ciudad, las luces de neón de los carteles se difuminaban con el aire gélido.
Pero esas gélidas temperaturas no intimidaron a Robert Burck, un artista callejero conocido como el "Vaquero Desnudo". Vestido solo con ropa interior, sombrero y botas de clásico vaquero estadounidense, se animó a caminar por ese punto turístico tocando su guitarra.
En Long Island, una poblada isla al sureste del estado de Nueva York, las autoridades dijeron que una mujer había sido encontrada muerta en su automóvil por un operador de máquina quitanieves.
El clima frío se extendió hasta el sur del turístico estado de Florida (sureste), donde el NWS advirtió sobre "iguanas que caen dispersas o aisladas de los árboles" a medida que las bajas temperaturas paralizan temporalmente a los grandes lagartos.
Se instó a los residentes de pueblos y ciudades de la costa este a evitar todos los viajes innecesarios durante una segunda noche de condiciones adversas y se espera que las nevadas adicionales sean más intensas en Nueva Inglaterra.
Los gobiernos de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Boston declararon el estado de emergencia
La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, pidió en Twitter "mantenerse fuera de las carreteras en lo posible". "Se va a poner bastante feo", señaló en una entrevista televisiva el sábado, resaltando que iba a ser "una tormenta histórica"
De su lado, el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, manifestó que la tormenta llevaría "fuertes vientos y mucha nieve" y que las zonas costeras del este y sureste del estado serían "golpeadas de forma particularmente dura". También dijo que el domingo los residentes no debían movilizarse "a menos sea absolutamente necesario".
Eric Calessandro, propietario de una casa en la ciudad de Marshfield, cerca de Boston, dijo que acababa de quedarse sin energía, pero se mostró optimista de que su generador de 8.000 vatios lo ayudaría a superar las adversidades.
Por su parte, el departamento de obras públicas de Boston aseguró que 900 quitanieves estaban trabajando duro en las calles de la ciudad.
El operador de quitanieves Mark Burns, de la zona de South Shore de la ciudad, dijo que la nieve se había vuelto pesada: "Se suponía que iba a ser ligera y esponjosa, pero ahora está un poco húmeda".
Unos 3.500 vuelos, tanto internos como internacionales, fueron cancelados el sábado en Estados Unidos, según el rastreador de vuelos FlightAware. Otros 1.200 vuelos programados para este domingo también debieron ser suspendidos.
La tormenta llega después de otra similar que cubrió de nieve hace dos semanas gran parte del este de Norteamérica, desde Georgia hasta Canadá, dejando muchos hogares sin luz y perturbando miles de conexiones aéreas.
AFP/HB