ACTUALIDAD
Video

El Papa con Fontevecchia: Brasil

Un nuevo fragmento de la imperdible entrevista con el Papa Francisco por sus 10 años de papado. Brasil, su primera visita oficial.

Papa Francisco 20230311
Papa Francisco, en la entrevista con Jorge Fontevecchia | Prensa Vaticano

—El país que usted eligió hace diez años para su primer viaje oficial como Papa fue Brasil, más allá de la importancia que tiene Brasil para la Iglesia Católica, siendo el país con mayor cantidad de católicos por su tamaño y población, ¿qué significa Brasil especialmente para usted? 

—Brasil es un continente, es una explosión de riqueza, es la seguridad del futuro con el Mato Grosso. Y por eso mismo está tan atascado en la explotación de las riquezas naturales, la deforestación es impresionante en Brasil, es escandalosa. Le van quitando su riqueza, incluso de pulmón de la humanidad. Amazonas y Congo son los dos pulmones de la humanidad. Y si le quitan eso, quitamos el oxígeno nuestro, quitamos riqueza. Brasil tiene que resolverse por la dinámica de oposiciones dentro de sí mismo, y no por una uniformización ideológica, para un lado o para otro.

—¿Brasil es un ecosistema que le aporta a la humanidad una diferencia única por esa mezcla que tiene de inmigrantes involuntarios, tanto africanos como europeos?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—Tiene un equilibrio ahí adentro impresionante. Brasil es grande también por la variedad territorial, una cosa es el sur, inmigración alemana, italiana, donde se elaboró la cosa muy parecida a los argentinos, y otra cosa es todo el resto de Brasil. 

Fontevecchia con el Papa: Un diálogo imperdible en capítulos

—¿Cómo definiría la religiosidad de Lula y qué le representa como político a usted? 

—Yo hablé con Lula dos veces aquí y es un hombre religioso que nace de esa religiosidad que mamó en la familia. Diría es la religiosidad popular elemental. 

—¿Es algo intrínseco que va más allá de lo intelectual, es emocional? 

—Es otra cosa sí, y al decir que es la religiosidad popular normal, de esto no la estoy disminuyendo, es una riqueza de los pueblos. Lo tenemos en el norte argentino, por ejemplo, los misachicos que bajan de la montaña para el milagro de Salta, todos los años y están dos, tres días de camino para bajar, y usted va al milagro de Salta y es otra cosa. Incluso uno puede decir hay una pertinacia. Yo iba a confesar siempre al milagro, y un día salía de terminar una misa, de confesar, y me encontré con un cura, salimos caminando. Yo era cura, era provincial en aquel momento, y a la salida una señora realmente medio indígena se acercó con unos rosarios, unos santitos y al cura que estaba ahí le dice: “Padre, ¿me lo bendice? El cura, un gran teólogo almidonado, le dice: “No señora, dígame ¿usted estuvo en misa?”, La señora contesta que sí, y él: “Usted recibió la bendición, la misa bendice todo, la bendición del cura, así que no hace falta bendecir”, y la mujer: “Sí, padrecito”. En ese momento un cura, que lo golpea de atrás, se dio vuelta y la mujer: “¿Me lo bendice, padrecito?” Todas las razones teológicas, de sentido común, había en la pertenencia religiosa que quería la bendición, que iba mucho más allá de los razonamientos, y eso no es superstición. Es otro tipo de expresión de la religiosidad. Hay que distinguir bien lo supersticioso de lo que es expresión de una religiosidad más popular.

 

—¿Por qué Brasil para su primer viaje? 

—Estaba prefijado. Más aún, una de las causas que a Benedicto lo movió a tomar la resolución, era que no se sentía con fuerzas ya para hacer ese viaje. Entonces dijo: “No, ese viaje no lo hago” y durante un año anterior fue elaborando la cosa, y el 11 de febrero, presentó su renuncia. 

—Y esa singularidad que tiene Brasil, ¿cómo enriquece la Iglesia Católica, esa mezcla caucásica y africana?

—No sé, es la riqueza. 

—Pero lo veo sonreír cuando digo Brasil. 

—Así es, Brasil empieza el carnaval ya desde principios de año hasta Viernes Santo. A mí me viene siempre el brasilero, el agua, aquella canción “eles dizem que cachaça e agua, eu acho que nao”, eso que tiene el brasilero de rico.