Mientras el presidente ucraniano Volodimir Zelenski volvió a llamar este sábado, en el tercer día de la invasión rusa, a defender "con uñas y dientes" la capital Kiev, se veían en varios lugares de la ciudad los impactos de misiles rusos en edificios civiles, y bomberos trabajaban en auxilio de heridos.
"Estamos todos aquí, nuestros militares están aquí, los ciudadanos, la sociedad, estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia, nuestro Estado", dijo Zelenski, junto a algunos de sus principales colaboradores. "No podemos perder la capital. Me dirijo a nuestros defensores, hombres y mujeres de todos los frentes: esta noche, el enemigo va a utilizar todas sus fuerzas para romper nuestras defensas de la forma más vil, dura e inhumana. Esta noche, van a intentar un ataque", había dicho el mandatario ucraniano, en la larga noche del viernes, que mantuvo en vilo a la población ante la certeza de un "ataque masivo" de las fuerzas rusas para intentar controlar a la ciudad de Kiev.
Horas después de haber formulado ese dramático llamado a la resistencia, Zelenski aseguró el sábado que sus "aliados" están enviando armamento para ayudarles a combatir la invasión de Rusia.
Mientras tanto, un balance parcial indica que hasta este sábado, 198 civiles ucranianos han muerto y más de mil resultaron heridos desde que Rusia comenzó su ataque a gran escala contra su vecino. Esas cifras fueron oficializadas por el ministro de Salud de Ucrania, Viktor Liashko, en Facebook.
Decenas de militares ucranianos también perdieron la vida, mientras que del lado ruso no se brindó ninguna información al respecto. Kiev afirma infligir duras bajas al ejército invasor. Las tropas invasoras lanzadas el jueves por el presidente ruso Vladimir Putin llegaron en la mañana del viernes a un barrio del norte de Kiev, pero el avance pareció luego perder fuerza.
Las huellas de misiles en algunos edificios de Kiev se veían este sábado, mientras algunos vehiculos militares transitaban las principales avenidas, con escasos civiles en la vía pública.
Este viernes el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, elogió a las fuerzas ucranianas, "que están luchando con valor y siguen teniendo capacidad de causar pérdidas a las fuerzas invasoras rusas". La ofensiva rusa provocó la huida de más de 50.000 ucranianos del país, así como 100.000 desplazados internos (según la ONU) y más de 100 muertos y centenares de heridos (según Kiev).
Putin llamó al ejército ucraniano a "tomar el poder" y calificó al gobierno de Zelenski de "banda de drogadictos y de neonazis".
Zelenski respondió colgando un video delante del palacio presidencial. "Estamos todos aquí, nuestros militares están aquí, los ciudadanos, la sociedad, estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia, nuestro Estado", proclamó, junto a algunos de sus principales colaboradores.
El Ministerio de Defensa ucraniano llamó a la población a resistir. "Pedimos a los ciudadanos que nos informen de los movimientos de tropas, que fabriquen cócteles Molotov y neutralicen al enemigo", instó. Mientras tanto, los países occidentales adoptaron un aluvión de sanciones contra instituciones, empresas y dirigentes rusos, entre ellos Putin, en respuesta a la invasión.
Durante el día, las sirenas y explosiones no dejaron de sonar en Kiev, una ciudad que, tras la huida de muchos habitantes, ofrece un aspecto fantasmagórico.
Vehículos blindados y soldados vigilan los cruces de las calles en torno al distrito donde se encuentran los edificios del gobierno. Las fuerzas ucranianas informaron este sábado que estaban combatiendo a las unidades rusas en Dymer e Ivankiv, dos localidades situadas a 40 y 80 kilómetros al norte de Kiev. Los rusos estarían avanzando también por el noreste y el este, según la misma fuente.
AFP/HB