El 19 de mayo de 1944, el tren de la muerte iniciaba su marcha hacia el campo de concentración nazi Bergen-Belsen, en Alemania. Los jerarcas pidieron a otro detenido que filmara las deportaciones y gracias a él llegó hasta nosotros una de las fotografías más tristes e icónicas del siglo XX: la de dos niños detrás de la ventanilla del tren que los llevaría a su destino fatal. Nunca se supo quiénes eran, si habían sobrevivido al exterminio o si habían perdido la vida junto a sus padres, en una cámara de gas.
Sin embargo, se los acaba de identificar. Esos niños de 1 y 3 años de edad eran Marc y Stella Degen. ¡Y viven!
Marc Degen acaba de cumplir 80 años y, cuando la prensa se acercó a su casa del apacible barrio holandés de Amstelveen, en Amsterdam, para comprobar si el rumor era cierto, los recibió diciéndoles: "Ahora siento que puedo gritar: aún estoy aquí! Los nazis no me capturaron!", como si volviera a renacer.
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Su hermana, Stella Degen está en Nueva York. Con ellos, también viajaba en el mismo tren uno de sus primos, Marcus Simon. Los tres lograron sobrevivir gracias a la compasión de otro detenido que, cuando intuyó que sus padres habían sido asesinados, los ocultó y los mantuvo con vida hasta que llegara el salvataje internacional. Simon falleció en 2006.
Sus caritas anónimas y tristemente famosas dieron la vuelta al mundo en infinidad de documentales sobre la barbarie nazi, pero al fin recuperaron la identidad que la historia les debía y su caso salió a la luz gracias a la investigación de dos holandeses que realizaron un inmenso trabajo de recopilación de imágenes de archivo para publicar el libro Kamp Westerbork gefilmd, que se editó en simultáneo con la restauración y digitalización del film Westerbork, un pormenorizado trabajo de preservación histórica que encaró la empresa multimedia holandesa Sound and Vision.
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Westerbork era el nombre del campo de tránsito nazi desde donde los judíos holandeses eran deportados a los campos de exterminio final. Hasta allí también fue llevada Anna Frank y su familia, el 4 de agosto de 1944, cuando alguien delató que se escondían en la famosa vivienda de la calle Prinsengracht 263, frente al canal del mismo nombre.
Los holandeses rastrearon los pasos de varios prisioneros judíos, no sólo la de los hermanitos Degen. Luego, el periódico The New York Times difundió la conmovedora historia de los Degen para acompañar la aparición del film Westerbork que se poyectará en el Museo de la Herencia Judía –Memoria viva del Holocausto, en Battery Park.
"Dar un nombre a un rostro hace realmente comprensible y fácilmente reconocible esta enorme tragedia", dijo al periódico neoyorkino Lindsay Zarwell, archivista de películas del museo judío. "Tener un nombre y apellido y saber de dónde viene una persona, y qué le ocurrió, la hace real", remató.
El documental original tenía 80 minutos de duración, pero gracias a los nuevos aportes dura 150 minutos.
mm / ds