El 8 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Epilepsia.
La epilepsia se produce por una descarga anormal de las neuronas del cerebro. En una crisis de epilepsia, las neuronas entran en cortocircuito, se comunican mal. Ese cortocircuito entre las neuronas se manifiesta con una crisis en el paciente, que no es igual en todos.
A veces “un ataque de epilepsia” comienza con una sensación de miedo sin motivo; otras con pérdida de memoria o desorientación; una sacudida de una parte del cuerpo; con muecas faciales; o si esa descarga se produce en varias neuronas a la vez aparece lo que se llama “convulsión”.
Epilepsia, cortocircuito y convulsiones
“Una convulsión es una alteración eléctrica repentina y no controlada en el cerebro”, según define Mayo Clinic.
Si una persona experimenta dos o más convulsiones en 24 horas y su causa no puede identificarse (un golpe, por ejemplo) se tiene la sospecha de que podría considerarse epilepsia, y debe estudiarse.
Hay muchos tipos de convulsiones, con síntomas y gravedades que varían. Los tipos de convulsiones varían según la región del cerebro en la que comienza el cortocircuito neuronal y también según cuánto tiempo dure. La mayoría de las convulsiones duran entre 30 segundos y 2 minutos. Una convulsión que dura 5 minutos es una emergencia médica.
Las convulsiones son más comunes de lo que se cree. Pueden ocurrir después de un accidente cerebrovascular, luego de darse un golpe (aun sin herida abierta), cuando hay meningitis u otra enfermedad.
Las convulsiones y la epilepsia deben tratarse; la mayoría de los trastornos que causan convulsiones pueden controlarse con medicamentos y el paciente tendrá una vida normal, haciendo deportes, trabajando e incluso estudiando, siempre con buen descanso y sentido común. Por ley, ninguna persona que padezca epilepsia debe ser discriminada.
De todos modos, la epilepsia es una enfermedad que requiere seguir siendo estudiada, porque aún se desconocen por qué se producen algunas convulsiones.
Epilepsia: 50 millones de personas la padecen
Según OMS, el 90 por ciento de las personas que padecen epilepsia se encuentran en países en vías de desarrollo. De todos modos, tampoco es una problemática que deberían ignorar los países desarrollados ya que se estima que hay entre 40 y 70 nuevos casos por cada 100.000 personas.
El International Bureau for Epilepsy (IBE) y la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) promueven una campaña para concientizar a la población sobre esta enfermedad que, según calcula la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta en el mundo a unas 10 de cada 1000 personas; es decir, en cifras redondas uno 50 millones de enfermos.
Ambos organismos eligieron cuatro objetivos claros en esta campaña de concientización: hacer visible la necesidad de obtener financiación para la investigación en epilepsia; promover una legislación social apropiada; educar a la población contra el estigma; y facilitar el acceso al tratamiento y al cuidado de los pacientes.
Epilepsia: Qué hacer ante una crisis
El tratamiento de la epilepsia requiere el trabajo colegiado de varias especialidades médicas: neurólogos especializados en epilepsia, neurocirujanos, radiólogos, psicólogos y psiquiatras y neuropsicólogos.
Una de las campañas de educación a la población incluye informar sobre cómo proceder si se presencia una convulsión: En primer lugar, no perder la calma y cronometrar cuánto tiempo dura la convulsión. En segundo lugar, retirar objetos peligrosos y proteger al paciente; poner a la persona de costado, en un espacio con buena ventilación, lo más cómoda posible, protegiendo su cabeza; es importante no introducir ningún elemento en la boca del paciente ni intentar abrírsela, jamás.
Es un mito que el paciente con epilepsia se muerte la lengua. En una crisis, no hay que darle agua al paciente, caramelos o alimento alguno; tampoco hay que inmovilizar a la persona ni intentar detener sus movimientos. La convulsión pasa sola. Por último, si la convulsión dura más de 5 minutos, llamar a una emergencia médica.