Nelson Castro participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación, en la que mostró preocupación por la falta de segundas dosis de vacunas para enfrentar la segunda ola del coronavirus. “Para protegerse de la variante Delta hacen falta las dos dosis de cualquier vacuna. Y este es otro problema delicado que lo agarra al Gobierno mal parado, porque es un gobierno sin previsión y sin visión del tema de la vacuna”, sostuvo.
El periodista y médico especialista en neurología afirmó que la relación en el poder que estableció Alberto Fernández con Cristina Fernández de Kirchner le ha generado conflictos al Presidente. “La subordinación a Cristina, le ha generado un trastorno de conducta importante a Alberto. Te lo cuenta la gente que está a su alrededor, que le responde, que se encuentra desconcertada por ver los errores que comete”, dijo Castro en el Ciclo de Entrevistas, a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—El vocero del Kremlin, Dmitri Peskoven, reconoció el problema que tiene Rusia en la producción de segundas dosis de Sputnik V. ¿Qué puede pasar con los argentinos que aún no tienen garantizada esta vacuna?
—Es un verdadero problema, un gran dolor de cabeza. Porque en definitiva lo que ha dicho el vocero del Kremlin, es lo que el Kremlin dijo desde siempre. Cuando ves el contrato con la Sputnik V, estaba claro que Rusia había hecho presente la dificultad de la obtención de la segunda dosis, porque tiene un problema de producción. Por lo tanto, es tremendo el mal manejo del Gobierno. Obviamente, esto se da en el marco de la falta de vacunas en todo el mundo y lo que debió haber hecho Argentina es armar un grupo de investigación para evaluar combinaciones. El Gobierno no lo hizo. Esta es una realidad. Y es una realidad además muy mal manejada por el Gobierno, porque el Gobierno siempre tiene un problema con la realidad. Con la aparición de la variante Delta cambiaron muchas cosas. Ahora, el concepto es que para protegerse de la variante Delta hacen falta las dos dosis de cualquier vacuna. Y este es otro problema delicado que lo agarra al Gobierno mal parado, porque es un Gobierno sin previsión y sin visión del tema de la vacuna. Es decir, el Gobierno apostó ciegamente a Astrazeneca y no tuvo visión de que en esta pandemia hacen falta todas las vacunas. Este es el problema que tenemos.
—Usted se ha especializado enel estudio sobre la salud de los presidentes y analizó cómo el ejercicio del poder afecta su calidad de vida. En las últimas semanas se conocieron declaraciones un tanto confusas de Alberto Fernández. ¿Es posible pensar que el Presidente está bajo un efecto de estrés que le provoca estas definiciones?
—Yo creo lo mismo. Es un fenómeno muy interesante, no porque sea bueno, sino porque hoy por hoy, sorprende ver esta delarruización de Alberto Fernández. A los que lo conocemos, los que lo entrevistamos y hemos hablado con él, nos sorprende, ya que era otra persona. No por el pensamiento ideológico sino por el razonamiento. Era una persona que podía tener un punto de vista que vos compartías o no, pero tenía un razonamiento de sentido común, un análisis de las cosas del poder, que ha perdido. Cuando vos ves su accionar uno se sorprende. Ya no tiene que ver con lo ideológico, pero nadie hubiera esperado estas declaraciones. La de los barcos, por ejemplo, porque no tienen ninguna causa explicable. La subordinación a Cristina, le ha generado un trastorno de conducta importante a Alberto. Te lo cuenta la gente que está a su alrededor, que le responde, que se encuentra desconcertada por ver los errores que comete. Obviamente, el estrés y el agobio, generan eso. Sin duda, es un hombre que está sometido a un estrés realmente tremendo y, a su vez, creo que ha emergido en él, paradojalmente, parte de una personalidad que estaba oculta. Eso refleja algo que estaba en él y que estaba oculto. Es un tema interesante, el poder tiene ese elemento, yo te diría que libera cosas de las personas que es propio del Síndrome de Hubris. Por otra parte, lo que está claro es la necesidad de Alberto Fernández de expresar y hacer pública su subordinación a Cristina. Cuando Cristina dice cosas impactantes y él al otro día las ratifica, eso marca un nivel de dependencia que no era el que él expresaba cuando estaba fuera del poder.
—En algún momento usted se refirió a Cristina Kirchner asegurando que la vicepresidenta tiene una personalidad patológica. ¿Qué lo llevó a afirmar esta conclusión y cómo describiría actualmente?
—Esta es una definición que yo ratifico porque está basada en lo que me dijeron sus médicos. Hablé con varios que atendieron a Cristina Fernández de Kirchner y me dieron todos los detalles. Por supuesto que no los revelo porque son fuentes, pero me dieron detalles que me llevaron a esta conclusión. Los que somos médicos, y yo soy neurólogo, tenemos una comprensión absoluta de los síntomas que ella presenta. Cristina es una persona con una personalidad patológica, que el poder exacerba, y con problemas neurológicos psiquiátricos delicados. Ella, obviamente, no los trata y hacen a esa patología siempre presente con un efecto concreto en la realidad. El elemento importante, que yo siempre estudio, es el tema de la enfermedad de los hombres y mujeres del poder y eso trasciende el ámbito privado. Si fuera algo del ámbito personal y de consecuencias privadas, a mí no me interesaría, pero, efectivamente, las derivaciones de estos trastornos de Cristina, una personalidad narcisista, hubrística, tiene consecuencias sobre su accionar político. Cuando vos conocés la sintomatología médica, se ve en forma prácticamente matemática.
—¿Qué siente cuando lo critican desde un lado y desde el otro lado de la grieta?
—Yo creo que lo fundamental es la honestidad. Creo que ese es un punto importante. Por supuesto, que después junto con la honestidad, está el tema de la seriedad en la búsqueda de la información. Los que me escuchan saben que soy muy preciso y riguroso en su búsqueda. Si alguna vez la información que doy es equivocada, la rectifico inmediatamente. Pero, además, ha quedado evidente el devenir político de la Argentina. Muchos pensaban que cuando terminó el kirchnerismo y llegó el macrismo, iban a encontrar en mí a un militante del macrismo y se encontraron con alguien que utilizó para el macrismo, las mismas cosas que utilizó para el kirchnerismo o para el menemismo. Es decir, yo soy periodista. Y es muy buena tu pregunta, ya que siempre se lo transmito a la gente joven: uno puede ser sujeto de críticas en cuanto a la opinión, eso es perfectamente válido, pero podés preservar tu nivel de respeto y credibilidad. Eso lo transmito mucho a los jóvenes como ustedes, porque los va a acompañar durante toda la carrera. Hay un elemento muy importante que nos hace invulnerables: la honestidad. Eso sépanlo, porque los va a defender primero frente a los embates del poder, que vienen desde todos lados. Al poder, no importa cuál, ya sea kirchnerista o macrista, el periodismo independiente les molesta. Fui investigado por la SIDE, fui investigado por la AFIP y nunca nadie encontró nada que comprometiera mi honestidad ni afectara mi independencia. Ese es nuestro capital.
—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y lo invitamos a cerrar el reportaje con un comentario final que quiera realizar.
—Les agradezco y valoro mucho lo que significa este esfuerzo. Y se los digo a los chicos jóvenes, por mi experiencia en Perfil. Hace ya 15 años que trabajo en Perfil y les digo que están en un excelente lugar. Están en un excelente lugar para aprender periodismo genuino, realmente. independiente. Así que los felicito a ustedes y sé que lo van a aprovechar bien.
Por Iñaki Rubio Zapirain, Stephanie Loli Moore y Cesare Augusto
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación
Escuela de Comunicación