En su homilía de Jueves Santo, que se realizó por supuesto sin público por la pandemia de coronavirus y apenas ante un reducido número de asistentes, el papa Francisco homenajeó este jueves 9 de abril a los curas que murieron en Italia mientras asistían a contagiados por Covid-19, a los que calificó de "santos al lado de doctores y enfermeros".
"No puedo dejar pasar esta misa sin recordar a los sacerdotes" señaló el pontífica. "En estos días más de sesenta curas han muerto en Italia mientras se ocupaban de enfermos en los hospitales, junto a los médicos, los enfermeros, las enfermeras", declaró Francisco. "Sacerdotes que ofrecen sus vidas por el Señor, sacerdotes que son servidores", recordó.
Un total de 96 sacerdotes italianos han muerto a causa del coronavirus, uno de los cuales en Nueva York, según un conteo realizado por el diario del episcopado italiano Avvenire, actualizado regularmente. El papa también deploró en su homilía que algunos curas le informan que "son insultados" a causa de los recientes escándalos de abusos sexuales que involucran a la Iglesia católica. “Algunos me dijeron que no pueden salir con el collar clerical porque los insultan”, aseguró.
"Hay que pedir perdón y saber perdonar", señaló al respecto. A causa de la pandemia que afecta a Italia, el papa tuvo que celebrar excepcionalmente una misa con apenas una decena de ayudantes y una docena de clérigos y religiosos sentados de forma espaciada en la inmensa basílica de San Pedro.
La misa del jueves recuerda la última cena de Jesucristo en la víspera de su muerte, en la que lavó los pies de los apóstoles e instituyó la eucaristía. Dos rituales que no pudieron ser celebrados este año.
El año pasado el papa Francisco había celebrado por quinta vez una misa de Jueves Santo en una cárcel, lavando los pies de doce detenidos, en las afueras de Roma.
AFP/HB