La "planera viral", el apodo que le pusieron en redes a Mariana Alfonzo, la mujer que "se jactó" de no trabajar y defender los planes sociales, volvió a poner sobre la mesa el debate por la seguridad social, que abarca un abanico de prestaciones pero que no todas son planes, un concepto con un estigma particular en especial en tiempos de crisis.
La confusión respecto a los programas de seguridad social que garantizan el ministerio de Desarrollo Social y el de Trabajo no es una cuestión de clase ni de ingresos. La propia Mariana Alfonzo, la "planera viral" que cobró notoriedad en los últimos días, lo demostró, al haber afirmado que de "elegir entre ganar 55 ‘lucas’ en blanco o 50 en su casa", prefería "ganar 50 en su casa con los planes".
La mujer, madre de tres hijos, hasta el momento cobra el plan social Potenciar Trabajo (que le fue suspendido por incumplimiento), mientras que también es beneficiaria de las políticas de seguridad social "universales" que no son planes, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o la Tarjeta Alimentar. En este último grupo también entran otro tipo de políticas sociales protegidas por el estado para los trabajadores formales (más allá de lo alto que pueda ser el sueldo), como la licencia de maternidad o paternidad.
Cuáles son los planes, programas sociales y prestaciones que existen en Argentina
Qué es un plan social
"El programa Potenciar Trabajo es un plan social, en cambio la Asignación Universal es una asignación familiar destinada a la persona que trabaja en la informalidad o que está sin trabajo", indicaron a PERFIL fuentes del Ministerio de Desarrollo Social.
Los planes sociales son programas de ayuda estatal que consisten en una transferencia de dinero a cambio de una contraprestación obligatoria, que puede ser laboral, educativa o comunitaria. La irrupción de los planes está asociada a contextos de crisis económica y de empleo como un método paliativo, con la finalidad de que sean transitorios hasta que la persona ingrese al sector formal.
En el caso del plan Potenciar Trabajo, que depende del ministerio de Desarrollo Social, surgió a partir de la unificación de los programas Hacemos Futuro y Salario Social Complementario. Según la normativa, si un beneficiario no realiza ninguna contraprestación en un mes, se le reduce el subsidio al 50% al siguiente mes (el cobro es a mes vencido entre el 1 y el 5), mientras que si la situación continúa, a los sesenta días se le suspende el plan.
La diferencia con las asignaciones sociales
"La AUH no es un plan social. Es una asistencia, una prestación, un pago que tiene que ver con lo laboral y tiene la condición de ser universal para los trabajadores no registrados o desempleados que tienen chicos. Cuando éstos alcanzan la mayoría de edad, dejan de cobrar", agregan desde el Ministerio de Desarrollo Social.
En tanto, las asignaciones "de carácter universal", como la AUH o la Asignación por Embarazo, son gestionadas por la ANSES, un organismo dependiente del ministerio de Trabajo. Su universalidad está marcada porque pueden acceder a ellas todos los padres o madres a cargo de menores que estén desocupados o sean trabajadores no registrados, de casas particulares o monotributistas sociales. Es decir, tiene un carácter enteramente laboral, al igual que la jubilación.
Desde Desarrollo Social explicaron en este sentido que si la persona consigue un trabajo formal, automáticamente deja de cobrar la AUH y pasa a cobrar Asignación Familiar por Hijo, destinada a complementar el salario de trabajadores en relación de dependencia o quienes cobran a través de la ART, monotributistas, quienes cobran prestación por desempleo o por "invalidez o asignación de trasplante", jubilados y pensionados, y veteranos de Malvinas.
El caso de la Tarjeta Alimentar, por su parte, es una especie de híbrido. Si bien es un programa social dependiente de ese Ministerio, se deposita en la cuenta de ANSES (Trabajo) donde el beneficiario percibe el dinero de la AUH. El hilo conductor es que tiene condicionalidades que la hacen universal: tener hijos menores de 14 años y estar en una situación de vulnerabilidad.
El caso de Alfonzo, cuya repentina fama derivó en amenazas y hasta en un ataque de pánico por el que terminó hospitalizada, sirve para iluminar el tema sobre la asistencia social del estado y los prejuicios que recaen sobre ésta. A pesar de que se suele meter a todas las prestaciones sociales en la misma bolsa, la diferenciación conceptual es clave para evitar caer en prejuicios.