Italia reconstruirá con un robot inteligente los rompecabezas que aún no pudieron ensamblar en las ruinas que les dejó la erupción del Vesubio, en Pompeya, en el año 79.
En estos días de septiembre, la inteligencia artificial ayudará a los italianos a encontrar el lugar exacto que corresponde a miles de fragmentos de varios frescos, pequeñas piezas de un rompecabezas pictórico que hasta ahora fue casi imposible de reconstruir.
Comenzarán con los fragmentos disponibles de los frescos de la Casa de los Pintores y de la Schola Armotararum de Pompeya. Los trabajos serán coordinados por la Universidad Ca' Foscari de Venecia y son parte del proyecto europeo RePAIR (Reconstruction the past: Artificial Intelligence and Robotics meet Cultural Heritage).
Un robot que dispone de brazos mecánicos y de la habilidad de escanear los fragmentos, identificarlos mediante un sistema de digitalización 3D y reconocer cuál es su ubicación exacta, los pondrá en su lugar original, con precisión milimétrica. Como cuando se arma un rompecabezas que requiere casi dedos de cristal, los brazos robóticos tienen sensores que le para manipular las piezas sin que se caigan ni se dañen.
Esta será la primera vez que una tecnología robótica tan avanzada se utiliza en el sitio arqueológico más importante de Italia. A los destrozos y el manto de lava que dejó a su paso el Vesubio, en la Segunda Guerra Mundial se sumaron los bombardeos que hicieron trizas varios sectores en Pompeya. A las tragedias que sufrieron los frescos de la Schola Armaturarum hubo que sumar, en 2010, el derrumbe del edificio donde se encontraban y que, desde entonces y en su mayoría, nunca volvieron a su lugar.
De todos modos, en realidad, ya hay un equipo de expertos trabajando codo a codo en la reconstrucción “manual” de los frescos desde la Universidad de Lausana, a donde fueron convocados en 2018. El equipo, encabezado por el profesor Michel E. Fuchs, desarrolla un programa de estudio y recomposición manual que se basa en el análisis de los diversos aspectos morfológicos, estilísticos y técnicos de los fragmentos.
Este extraordinario trabajo analógico de los suizos se comparará con el trabajo robótico que avanzará lentamente, manipulando los fragmentos que están guardados en los depósitos del Parque Arqueológico de Pompeya. Así, dos metodologías de trabajo se compararán para sacar conclusiones.
"Cuando el número de fragmentos es muy alto, con miles de piezas, la reconstrucción manual y el reconocimiento de las conexiones entre los fragmentos es casi siempre imposible o de todos modos muy laboriosa y lenta", anticipó el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel.
A veces, las ánforas, los mosaicos y algunos frescos del parque arqueológico son exhibidos, aunque tengan partes faltantes, pero en general son comprensibles aunque estén incompletos. En el caso de los frescos de la Casa de los Pintores y de la Schola Armotararum de Pompeya se trata de una telaraña de fragmentos.
"Esto hace que varios restos yazcan largo tiempo en los depósitos arqueológicos, sin poder ser reconstruidos y restaurados, ni puestos bajo la atención del público", puntualizó el director.
