En el Observatorio de La Silla, en el norte de Chile, concluyeron los trabajos de instalación del telescopio TBT2. Sin embargo, no funcionará hasta fin de año, cuando se lo vincule al banco de datos.
El TBT2 es el segundo de su tipo y replica al TBT1 que fue construido por el Observatorio Europeo Austral (ESO) en España.
El Observatorio chileno de La Silla, ubicado en el extremo sur del desierto de Atacama, en donde comenzó a instalarse en octubre de 2018, pertenece a ESO, cuya sede central se encuentra en Garching, Alemania.
Asteroides del Sistema Solar
¿Por qué instalar un telescopio tan sofisticado en Chile? Porque la increíble nitidez de esos cielos chilenos, a 2.400 metros de altura, convierten el cono sur en el mejor punto de observación de peligros. Particularmente, de casi el millar de asteroides que ESO enlistó como “riesgosos”.
En realidad son muchos más, ya que en la actualidad se conocen en el Sistema Solar unos 900.000 asteroides. Más de 25.000 de ellos se encuentran peligrosamente cerca de nuestro planeta, según informó la Agencia Espacial Europea (ESA).
Los telescopios TBT no sólo permitirán calcular el riesgo de los asteroides que merodean sino también censarlos. "Los grandes y principalmente los pequeños y medianos, que son más numerosos, y pueden causar un grave daño", explicó a AFP Ivo Saviane, director del Observatorio de La Silla, emplazado 600 km al norte de Santiago de Chile.
El nuevo telescopio ampliará el campo visual y agilizará la detección de asteroides en camino
"El proyecto es un banco de pruebas para demostrar las capacidades necesarias para detectar y realizar observaciones de seguimiento de objetos cercanos a la Tierra de forma eficiente", afirmó Clemens Heese, jefe de la sección de Tecnologías Ópticas de la ESA y líder del proyecto TBT.
Hace tiempo que ESO vigila asteroides del Sistema Solar peligrosamente próximos, pero hasta ahora lo hacía con telescopios tradicionales, que ofrecen un campo visual más estrecho, que permitían observar sólo una pequeña porción del cielo a la vez, lo que hacía que el proceso fuera “lento y tedioso a la vez", según ESA.
En cambio, los TBT "permitirán desarrollar y probar algoritmos, operaciones remotas y técnicas de procesamiento de datos que nuestra futura red de telescopios Flyeye utilizará para llevar a cabo estudios nocturnos automatizados de todo el cielo", manifestó Heese.
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