La meta sigue siendo la vacunación masiva, el único camino frente a la amenaza de la nueva cepa Delta que se cierne sobre la Argentina. Y desde algunos gobiernos entienden que más allá de cierta resistencia a inmunizarse por parte de un sector de la población, lo que predomina en quienes aún no han accedido a alguna dosis de la vacuna es la falta de información veraz y, en algunos casos, los recursos para inscribirse. Y en esto hay sintonía más allá de las grietas, por fortuna.
Es por ello que tanto a nivel federal como local, la gestión porteña y el Gobierno Nacional apelan a seguir la misma estrategia que ya resultó en otros países: si las personas no van a las vacunas, que las vacunas vayan hacia las personas para contener la nueva ola Delta que se aproxima. En particular, cuando se refiere a los sectores más vulnerables donde el acceso a la información es más limitado así como la digitalización que demanda el empadronamiento.
Ayer, por caso, desde el Gobierno nacional entregaron los certificados de finalización de formación a la primera camada de “Promotores de Vacunas”, poco más de 6 mil, de todo el país. La iniciativa fue llevada adelante desde el área del secretario de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil, Fernando “Chino” Navarro, en acuerdo con la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). El objetivo: formar a voluntarios para que lleguen donde el Estado aún no pudo con sus campañas y concienticen acerca de la necesidad de vacunarse contra la Covid.
Como todo en estos tiempos, el acto de “graduación” fue más virtual que presencial. Navarro lo encabezó junto a una representación reducida de funcionarios y legisladores en el Salón Sur de la Casa Rosada como el titular del programa El Estado en tu Barrio, Juan Manuel Vila, y la diputada nacional del Frente de Todos Ayelén Spósito. También estuvieron el secretario general de la UTEP, Esteban "Gringo" Castro, y la secretaria de salud de la organización, Araceli Gorgal. Y hubo seis graduados en nombre de toda la camada.
En rigor, las organizaciones sociales trabajan en la promoción de la salud en los barrios desde antes de la pandemia. Y eso los volvió un engranaje fundamental. “Pensemos en Vacunas 2021” fue ideado, precisamente, atendiendo a la cruda realidad social que atraviesa la Argentina con un nivel de pobreza que trepa al 42% de su población. De hecho, el propio Navarro hizo alusión ayer a esa situación al advertir que "no se puede naturalizar que haya más del 40% de pobreza en Argentina" y ponderar el papel de la “la organización popular, para llenar el vacío” en “los lugares donde no llega el Estado”. “Sin organización popular no se sale, por eso es tan importante este reconocimiento”, aseveró.
En el pico de la primera y segunda ola, las organizaciones de base en los barrios populares funcionaron como puntales de las campañas de información respecto a testeos y cuidados preventivos. Castro aludió a “la importancia del laburo de estas compañeras”. Hubo comedores que siguieron funcionando en plena pandemia, adaptándose de la forma que pudieron para reducir el riesgo. Así y todo, el sacrificio se cobró más de una vida entre los voluntarios que se negaron a abandonar las tareas.
"Somos el termómetro del barrio”, ilustró Gorgal, quien destacó la ayuda que recibieron del Ministerio de Salud de la Nación en medio de la crisis. “Si queremos pensar un sistema integrado de Salud, nosotras tenemos que estar adentro. Nadie más que nosotras sabe cómo resolver dentro de los territorios. No tenemos la solución mágica, pero somos necesarias en el debate", apuntó y señaló que el programa de capacitación “es un puntapié para pensar la política sanitaria en conjunto”.
En diálogo con PERFIL, Spósito se refirió al rol fundamental que cumplieron las organizaciones sociales en la prevención de la Covid, “con postas sanitarias, con un gran trabajo territorial, cuidando los barrios. Y el año pasado surgió la necesidad de formarnos para poder acompañar esta campaña de vacunación masiva. En las provincias donde nos permiten, estamos acompañando todo este proceso y esta formación que recibieron es parte de un desarrollo de las organizaciones sociales y un compromiso con la salud de nuestro pueblo.”
El curso de capacitación que impulsaron Jefatura de Gabinete junto a Salud y la UTEP arrancó en abril pasado y se extendió hasta julio. Apuntó, particularmente, a voluntarios que no provinieran específicamente del sistema de salud, a través de seis módulos a cargo de tutores especializados en cada unidad curricular. Se apeló a un lenguaje no técnico para lograr un cuadernillo accesible y entendible. Y atrajeron a participantes de gran parte del país.
Desde la UTEP señalan es un paso importante aunque resta mucho por hacer, como mejorar la articulación con los merenderos para trabajar en la nutrición, así como resolver el acceso al agua potable. Ambos aspectos fundamentales para el desarrollo de los más frágiles y prevenir no solo la Covid pero otras enfermedades. El 7 de agosto, con motivo del Día de San Cayetano, la UTEP ya convocó a marchar desde Liniers a Plaza de Mayo y en todo el país en reclamo del Salario Básico Universal, créditos para las cooperativas, salario social complementario y reconocimiento a las tareas de cuidado, entre otras demandas.
En paralelo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inició ayer también un operativo móvil de vacunación en los barrios populares de la Ciudad, dirigido a todos los mayores de 18 años o con factores de riesgo de los barrios populares cercanos. El objetivo es el mismo aunque difiera un poco la estrategia en este caso. Tras su debut en Villa Soldati, donde fueron vacunadas más de 300 personas, la posta ambulante porteña continuaba la tarea hoy en Playón Chacarita y mañana en el barrio Rodrigo Bueno.