Defensora de Género

Respuesta a la columna “Asalto masivo al sentido común”

Defensa de la ESI. “Da herramientas a los niños para defenderse de abusos”. Foto: cedoc

Esta columna está dedicada a analizar la veracidad y adecuación de la información brindada en relación con el género, ya que mi función es ser “defensora de género” y como tal debo velar que el tema sea considerado en forma adecuada y debidamente fundada. Esto no significa que solo se publiquen notas y comentarios acordes o favorables al género, pero sí todos deben ser respetuosos de las diferencias de opinión y reitero, siempre respetando la veracidad y la inclusión de argumentos veraces coincidentes o no, pero veraces y fundados. Si la nota no se basa en argumentos, sino fundamentalmente en prejuicios, adjetivos y supuestos e incluso tomando aspectos reales, pero sacados de contexto y englobados en relatos no bien fundados, no es correcta su publicación. 

Me refiero al artículo “Asalto masivo al sentido común” publicado el domingo pasado en El Observador. Irónicamente, en esa misma sección se publica mi columna todos los domingos. Dado que es una sección del diario dedicada a investigación y análisis, caben en el mismo los artículos y notas que refieren a investigaciones y análisis muy diversos y diferentes, eso enriquece la sección. Se publican muchos artículos y notas que disienten con el concepto de género, pero se basan en argumentos y no en prejuicios y soliloquios grandilocuentes enmarcados en una buena prosa. 

En este artículo, al cual me refiero, abundan prejuicios todos en medio de una prosa muy florida. Se plantea que debido a la sanción de la ley de Identidad de Género creció la disforia de género de inicio rápido. Esto no se basa en información, sino en cómo más niñas o niños adolescentes ahora plantean que son trans. Esta duda en la pubertad siempre existió, si bien antes no se mencionaba abiertamente, porque no se conocía este término, y también porque había más restricción a hablar de estos temas, no hay evidencia de aumento. 

El artículo se refiere a la ideología de género como algo promovido por diversas organizaciones y denuncia que “penetraron la política” para tener más éxito. Esto supone que los políticos son pasibles de que les inculquen ideas como personas sin suficiente capacidad intelectual, algo que puede ser en algunos casos, pero no en la gran mayoría. Es un argumento débil y poco creíble que sustenta un grupo de madres y padres de hijos que plantean su condición de trans en la adolescencia, algo frecuente y que está muy estudiado, pero que no es algo definitivo. 

Estos grupos lo extreman y dicen que por esta ley se estimula e insta a los adolescentes a considerarse trans, algo que puede existir, pero que no se plantea ni en la ley ni menos en los materiales de la Educación Sexual Integral (ESI), como se dice en el artículo. Solo se refiere a una escuela en Mar del Plata donde dice que una madre denuncia esto, pero a partir de un caso no es suficiente para generalizar. Más cuando en ningún material respecto a la ley y la Educación Sexual Integral se puede encontrar algún protocolo como se plantea, que induzca a los adolescentes a definirse como trans. 

También dice que la ley 26.743 de Identidad de género en el artículo 5, estimula y facilita que los niños menores de edad puedan obviar la aprobación de los padres y/o de los representantes legales para iniciar tratamientos. Esto lo deduce por una errónea interpretación de la referencia en ese artículo al principio de capacidad progresiva, que se basa en el reconocimiento del interés superior del niño. Este es claramente explicitado en la ley 26.061 de derechos de los niños y no se aplica sin fundamento, porque requiere verificar si ese niño reúne todas las características. La ley de identidad de género es clara: los tratamientos hormonales recién se pueden aplicar a partir de los 18 años y siempre que exista conformidad del joven. Antes solo con la aprobación de los padres y /o responsables legales excepto en casos especiales y fundados, pero solo como excepción. 

En tiempos en que se están objetando conceptos como la perspectiva de género, estos artículos confunden y solo contribuyen a apoyar la oposición a esta perspectiva, en base a interpretaciones infundadas. 

Lo más preocupante es que atentan contra la ESI sin cuestionar los problemas que viven los adolescentes, como es el bombardeo en redes sociales con mensajes sexuales, falsos y dirigidos por personas que intencionalmente los engañan. Los padres ni siquiera averiguan ni se ocupan de saber qué ven sus hijos y con quiénes interactúan en esas redes. La ESI permite darle a los niños y adolescentes herramientas para defenderse de abusos, algo claro en el preescolar cuando se enseña a cuidar y respetar el cuerpo de uno y de los otros, y a que no hagan en mi cuerpo lo que no quiero, el mejor antídoto para prevenir el abuso sexual en la infancia. Y luego al permitir elegir y decir no a tener relaciones sexuales y a interactuar con pedófilos. 

Los padres deberían interesarse por saber qué ven, con quién interactúan en las redes sociales sus hijos, esto ayudaría a sus hijos ser presas de quienes los inducen a cambiar de sexo, a definirse como trans y que a partir de la duda natural trabajan y moldean a la chica o chico. Eso es lo peligroso y de eso no hablan ni se ocupan, tampoco el artículo.