Dua Lipa dio cátedra en River: una fiesta pop de alto impacto que se coronó con un homenaje a Soda Stereo
La estrella británica superó sus visitas anteriores con un despliegue impactante y se quebró de emoción. "Esto es un sueño", dijo, algunos temas antes de cantar "De Música Ligera" en un español impecable ante un estadio que explotó.
La tercera fue la vencida. ¡Y de qué manera! Quien recordará el show tímido de Vorterix en 2017 o el correcto pero algo flojo de sonido del Hipódromo en 2022, no podía estar preparado para esto. Anoche, en la primera de sus dos fechas en River, Dua Lipa demostró por qué es una de las reinas del género pop. Brindó una performance que superó todas las expectativas, un despliegue de producción, sonido y carisma que la consolida en una liga superior. Fue una fiesta total de brillos, baile y "optimismo radical", pese al frío, la lluvia y la humedad que le dieron un inesperado clima invernal a la noche de primavera.
Pasadas las 21:26, y tras una tensa espera con el estadio colmado por una máquina de humo, las luces se apagaron. Las pantallas gigantes se encendieron con videos de olas rompiendo en cámara lenta, creando una atmósfera vibrante. No era casual: el evento estaría dividido en cuatro actos + un "Encore", todos bien diferenciados por videos, luces y separadores que daban a entender que "ahora venía algo diferente".
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El show arrancó con fuegos artificiales desde el primer tema, Training Season, y un sonido impactante: el bajo retumbaba en el pecho de cada asistente. El escenario cobró vida con un cuerpo de baile impecable, plumas de pavo real y un juego de lásers estrambótico.
Lo que siguió fue un show de altísimo voltaje, donde Dua Lipa se mostró como una performer increíble, mega sensual, con una cancha notable para manejar a ese mar de gente. End of an Era y Break My Heart también fueron parte del menú principal. Cambiando de vestuario constantemente, la cantante dominó la larga pasarela que se metía en el campo, sin dejar de bailar un segundo. No fue un simple recital; fue una verdadera fiesta dance donde los hits sonaron con reversiones más electrónicas, como "One Kiss", que incluyó remixes previos.
La noche estuvo plagada de pogos al ritmo del pop más bailable. Uno de los picos fue "Physical", que tuvo una introducción brillante: las pantallas mostraron la leyenda "Atención Buenos Aires" y la voz grabada de Dua dio inicio a una suerte de clase de gimnasia, desatando un salto generalizado. En otros momentos, envuelta en humo blanco sobre un fondo de cielo, la cantante parecía flotar sobre las nubes, con temas como Whatcha Doing o Levitating. Por su parte, el baterista tuvo su propio solo demoledor a juego con los rayos de luz.
Pero la joya absoluta de la noche, el momento que se robó el show, fue su homenaje al rock argentino. "Siempre que estoy en un país canto una canción local. Y sé que para Argentina el Rock es muy importante", dijo en un español impecable. "Así que voy a cantar algo que creo que todos acá conocen, si la saben, canten conmigo", anticipó, y se lanzó con una sentida versión de "De Música Ligera". El estadio explotó en una mezcla de sorpresa y emoción, coreando el himno de Soda Stereo en un claro recuerdo a Gustavo Cerati.
Tras el cover, y visiblemente conmovida por la reacción del público, la artista no pudo contenerse. Con lágrimas en los ojos, se tomó un momento para agradecer: "Esto es un sueño para mí". Fue la prueba de la conexión genuina que la cantante, confesa admiradora de la cultura local, buscó durante toda la noche.
El show, meticulosamente dividido en actos, mantuvo la energía siempre al tope. Tras el bloque de "Physical", la noche se zambulló de lleno en el pulso de "Electricity" y una potente versión acortada de "Hallucinate", seguida por "Illusion", uno de los himnos de su nuevo disco. Luego de un interludio en video, la cantante encaró un tramo más introspectivo pero igual de intenso, donde se destacaron "Falling Forever", "Happy for You" y "Love Again", para cerrar la parte principal del set con "Be the One".
Pero nadie se movió de su lugar, y tras una breve pausa, River se vino abajo para el bloque final. El encore fue una seguidilla implacable de hits diseñada para la pista de baile. Arrancó con el himno "New Rules" (en una versión con intro extendida), seguido del fenómeno global de la película Barbie, "Dance the Night" (en versión corta). La explosión definitiva llegó con el funk demoledor de "Don't Start Now" y el broche de oro con "Houdini", el single que define esta nueva era, coronando una noche de pop perfecto.
Cerca del público: la historia de Mariano, la foto con Laura y el escenario "íntimo"
Más allá de la mega producción, Dua Lipa diseñó el show para tener momentos de cercanía absoluta. Para eso, no solo usó la pasarela principal, sino que bajó a una mini plataforma circular ubicada en el medio del campo trasero. Allí, sola, sin sus bailarines, generó uno de los momentos más íntimos del concierto.
Fue desde ese escenario B donde pidió al público que encendiera los flashes de sus celulares. En segundos, el Monumental, que había soportado la llovizna y el frío, se transformó en un cielo "bañado por estrellas", un gesto clásico pero siempre efectivo que coronó la parte más emotiva del show.
Desde ese mismo lugar, y también bajándose del escenario principal, la cantante se dedicó a interactuar mano a mano con sus fans. En un momento, divisó a una chica y le preguntó: "¿Quieres sacar una foto?". La fan, llamada Laura, sólo podía gritar de la emoción mientras la artista posaba para la selfie.
La interacción más profunda fue con Mariano. El fan, en un inglés impecable, le contó a Dua una historia personal: le confesó que en 2024 había terminado con su exnovio, con quien siempre escuchaba su música, y que por eso no había podido volver a oírla. Pero le dijo que, desde que sacó Radical Optimism, pudo volver a conectar. "Sos una de las artistas pop más inteligentes del mundo", le dijo, emocionándola.
Antes de volver a la vorágine de lásers, fuego y coreografías, Dua Lipa tuvo un último gesto de cercanía y le firmó el brazo a otro fanático que estaba contra la valla. Fue un bloque que demostró que, a pesar de ser una estrella global, su conexión con el público argentino es real y va más allá de las canciones.
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