“Un puñado de tierra”: una obra que sacude de realidad con mariposas, flores y minerales hechos de muñecos de peluche
Andrés Paredes se apropió del espacio de exhibición y tradujo su tierra, la real y la emocional, en un circuito necesario. El artista presenta los elementos de su naturaleza, lo efímero, la vida y la muerte, pero, sobre todo, la belleza que a veces no es más que un puñado de tierra.
“Un puñado de tierra” de Andrés Paredes en el Museo Sívori presenta dos disclaimers que sirven de puerta de entrada para acercarse a la exhibición:
1 - "Todas las mariposas usadas en la muestra 'Un puñado de tierra' provienen y fueron donadas por el mariposario del Parque temático de la Cruz de Santa Ana, en Santa Ana, Misiones. Una vez que naturalmente finalizaron su ciclo vital. El Mariposario es un ecosistema preparado especialmente para lograr la reproducción y preservación de especies en condiciones óptimas.
En la provincia son cinco las especies de mariposas que fueron declaradas Monumento Natural y de Interés Público. En Santa Ana se las protege, e incluso hay un vivero especial donde se cultivan las plantas con que se alimentan.
2 – Todos los Tacurúes (restos de hormigueros de tierra colorada) utilizados en la instalación 'volverse tierra' fueron gentilmente donados por la Municipalidad de Apóstoles, Misiones".
Nacido en Apóstoles, Misiones, el artista se tomó en serio la tarea de crear un microcosmos en el museo que reproduzca su tierra, la verdadera y la emocional. En su instalación "Volverse tierra", por ejemplo, hay una enorme colonia hecha de hormigueros y habitada por 350 mariposas disecadas, que ponen en primer plano cosas que existen en el mundo, solo que no muchas veces las personas somos conscientes de su presencia. Las lupas, que discretamente forman parte de ese territorio creado por Paredes, son una especie de llave para pensar su propuesta.
“Las estrellas piensan que nosotros somos los fugaces”, es una de las frases emblema que el artista tomó para estar allí (aquí) y ahora. Esa oración es un eco que acompaña a los visitantes a ver la constelación pintada sobre tierra que rodea la primera de las salas al ingresar. Entre esas constelaciones se mezclan mitos de poblaciones guaraníes y la posibilidad lúdica de encontrar formas entre las estrellas. Ese mismo espacio contiene esculturas blandas con flores, semillas de hierbas aromáticas, de árboles autóctonos que avanzarán y vivirán en ese lugar al que Paredes llevó un puñado de su tierra.
Cada mínimo detalle en el recorrido tiene una referencia poética que a la vez es terrenal, o es la poesía de la tierra. Ese cielo dibujado es una copia del cielo terrestre en septiembre, cuando la muestra se montó.
“Desde la selva misionera, Paredes nos acerca a la cosmovisión guaraní, en la que no existe separación entre lo visible y lo invisible, entre lo que vive en la tierra y lo que habita el cielo. En sus piezas, lo vegetal y lo espiritual, lo animal y lo humano se entrelazan como ramas de un mismo árbol cósmico”, apunta Silvina Amighini, curadora de MuseosBA.
“Así como los pueblos originarios observaban el firmamento no solo con fines científicos sino como forma de relación con el todo, esta muestra propone un ejercicio de reconexión. Con materiales efímeros —alas de insectos, hojas del monte—, Paredes evoca lo eterno: la vida y la muerte como estaciones de un mismo viaje. Cada obra es una puerta abierta al Yvy Maraê’ỹ —la “tierra sin mal”—, no como utopía lejana, sino como posibilidad concreta de habitar el mundo con respeto, asombro y conciencia de que todo está interconectado”, agrega.
La vida y la muerte y la magia
En toda la exhibición, que es un circuito, “un ciclo”, aparecen presencias de vida y muerte, de modo literal (flores vivas, cadáveres de mariposas) como metafórica. Paredes “crea a partir de procesos intuitivos y de investigación con énfasis en la energía que emana de las cosas y su transformación. La metamorfosis ha sido un tema central en sus exposiciones y revela como el sujeto y el entorno actúan uno sobre el otro y se definen recíprocamente”, señala el texto curatorial de Sandra Juárez.
“La belleza presente en las obras de Paredes guarda estrecha relación con el concepto de belleza que para los guaraníes abarca simultáneamente lo bello, lo bueno y el bienestar. No es solo un atributo estético, sino un estado de armonía con la propia naturaleza y condición”, detalla la curadora.
El título “Un puñado de tierra” fue tomado del poema de Herib Campos Cervera que dice entre otras cosas: “Por entre soledades invencibles, o por ciegos caminos de música y trigales, descubro que te extiendes largamente a mi lado, con tu martirizada corona y con tu limpio recuerdo de guaraníes y naranjos”.
Pero más allá de la tierra específica de Paredes y su nostalgia y desarraigo, el recorrido nos habla de lo elemental para cualquier ser humano, del origen y la simpleza de las cosas de la tierra, de su belleza al alcance de la mano, de lo que vale la pena.
Y además, algo que se asoma en cada rincón de “Un puñado de tierra” es la ternura de Paredes, su respeto absoluto por el medio ambiente. Con su cuidado extremo y amor por la naturaleza el artista misionero presenta un recorrido por un universo mineral ficcional que fue creado a partir de embeber juguetes de peluche en una solución que los cristalizó. Así como se lee. Entonces, en ese recorrido entre aparentes cavernas donde se asoman cristales, se pueden descubrir formas de lo que antes fue un osito, o alguna otra baratija de juguete.
En el recorrido también aparecen sus trabajos calados, caleidoscopios, experimentación con la pintura e intervenciones en el jardín interno del Museo donde, mirando con detalle, se encontrarán algunos cadáveres de insectos intervenidos. Y esa es la gran lección que podría darnos Paredes, volver a observar con detalle lo que nos rodea.
Cierre: 30 de noviembre de 2025. Museo Sívori, Av. Infanta Isabel 555, Parque 3 de Febrero (frente al puente del Rosedal)
Entradas
Público General: $10.000
Residentes Argentinos y/o Extranjeros (con DNI): $2.000
Todos los días sin cargo: Menores de 12 años. Personas con discapacidad y acompañante. Jubilados, docentes y estudiantes con acreditación.
Miércoles gratis
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