Cueste lo que cueste

River, en caída libre: sin gol, sin ideas y con Gallardo bajo presión

Las estadísticas del Millonario reflejan una crisis futbolística que ya pone en debate el liderazgo del entrenador más exitoso de los últimos años.

Marcelo Gallardo dirigiendo a River en La Bombonera Foto: AFP

River Plate atraviesa uno de los momentos más oscuros de la gestión de Marcelo Gallardo. El equipo lleva 11 partidos con apenas 7 goles a favor y 15 en contra, una cifra alarmante para un club acostumbrado a dominar desde el juego y la contundencia. En cinco de esos encuentros no logró anotar, y su arquero, Franco Armani, solo mantuvo el arco en cero en tres oportunidades.

La crisis del River de Gallardo, bajo la lupa de Cueste lo que cueste

La sequía ofensiva es tan marcada que ningún jugador se destaca como goleador: todos los que convirtieron lo hicieron una sola vez, salvo Salas, autor de dos tantos. El resto de los siete goles fueron obra de Martínez Quarta, Borja, Montiel y Mesa, mientras que Galopo, máximo anotador del torneo, quedó fuera de esta racha.

El dato contrasta con los registros recientes del propio Armani, que supo ser sinónimo de solidez bajo los tres palos. “¿Se acuerdan cuando le hacían un gol cada muerte de obispo? Bueno, ahora parece que los obispos se mueren seguido”, ironizó un analista en referencia al bajón defensivo del equipo.

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El mito que empieza a tambalear

Por primera vez en mucho tiempo, el “muñeco” Gallardo empieza a recibir cuestionamientos internos y externos. Su figura, hasta hace poco intocable, se ve alcanzada por los malos resultados y por un vestuario en el que su autoridad parece enfrentarse a nuevas tensiones.

El entrenador ha sido fiel a una idea de juego que no está dispuesto a modificar. Gallardo no es un camaleón, no cambia. Tiene una identidad que no mueve de ninguna manera. Esa convicción, que tantas veces fue su fortaleza, hoy parece limitar la posibilidad de reinventarse.

En medio de la crisis, incluso surgió la duda sobre si River está por encima de Gallardo o Gallardo por encima de River. El vínculo afectivo entre el DT y varios jugadores, sumado al respaldo político del nuevo presidente, genera un escenario delicado: ¿Hasta cuándo se puede sostener este proceso si los resultados no aparecen?. 

El futuro inmediato plantea un desafío mayúsculo. Con un plantel costoso, una hinchada exigente y la obligación de volver a ganar, Gallardo enfrenta una de las pruebas más difíciles de su ciclo: demostrar que aún puede reinventarse sin perder la esencia que lo llevó a la gloria.

BP