La nieta de John F. Kennedy tiene 35 años, padece un inusual cáncer terminal y le queda un año de vida
Tatiana Schlossberg padece leucemia mieloide aguda con Inversión 3, una mutación poco común y relacionada a pacientes de edad avanzada. Es madre de dos hijos, uno de 3 años y otros de 18 meses.
Una de las nietas de John F. Kennedy, Tatiana Schlossberg, reveló este fin de semana que padece una forma terminal de leucemia mieloide aguda y lamentó que uno de sus médicos le advirtió que solo podría tener "un año más de vida". Tiene 35 años y es madre de dos hijos, uno de 3 años y otra de 18 meses.
La mujer, periodista ambiental y nieta de Jackie y John F. Kennedy, recibió el doloroso diagnóstico el 25 de mayo de 2024, tras dar a luz a su segundo hijo. Fue a través de un análisis de rutina post parto donde los médicos detectaron un elevado de glóbulos blancos y luego confirmaron que sufría una mutación poco frecuente (Inversión 3).
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Bajo el título "Una batalla con mi sangre", Schlossberg publicó un desgarrador ensayo en The New Yorker a través del cual narra el duro proceso que se encuentra atravesando desde su diagnóstico de leucemia terminal. El texto fue publicado el 62° aniversario del asesinato de su abuelo.
"No sé si mi hija recordará cuando me haya ido que soy su madre", fue una de las frases más dolorosas que la mujer volcó en su relato, exponiendo uno de sus mayores miedos actualmente: que sus hijos sean demasiado pequeños para recordarla.
Tatiana se encuentra casada con el médico George Moran, padre de sus dos hijos pequeños, e insistió en el miedo y el dolor que significa para ella que la pierdan a tan temprana edad. "Me siento engañada y triste por no poder seguir viviendo la maravillosa vida que teníamos", expresó.
La mujer también hizo foco en la rareza de su diagnóstico: leucemia mieloide aguda con Inversión 3, una mutación poco común y relacionada a pacientes de edad avanzada, no a jóvenes. "No podía creer que estuvieran hablando de mí", expresó la joven que llevaba una vida activa, marcada por el deporte, el periodismo y la defensa del medio ambiente.
El diagnóstico provocó un cambio rotundo en la vida de la joven, quien comenzó a pasar días enteros en el hospital atravesando múltiples rondas de quimioterapia, dos trasplantes de médula ósea y formó parte de ensayos clínicos experimentales.
"Era una vergüenza para mí y para mi familia inmediata", mencionó luego con respecto al impacto político y personal de su enfermedad y apuntó particularmente a Robert F. Kennedy Jr., sobrino de su madre y actual secretario de Salud en el Gobierno de Donald Trump, quien impulsa políticas que podrían perjudicar a pacientes como ella.
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"De repente, el sistema de salud del que dependía se volvió inestable", insistió tras mencionar la incertidumbre que atraviesa el equipo médico que la acompaña al saber que el NewYork-Presbyterian/Columbia Medical Center, lugar donde se atiende, podría ser afectado por los recortes federales.
La noticia de la dura enfermedad sacudió a Estados Unidos y sobre todo a los Kennedy, una familia golpeada por varias tragedias en diferentes generaciones, incluyendo el asesinato de JFK en 1963, el asesinato de Robert Kennedy en 1968 y el accidente aéreo en el que falleció John F. Kennedy Jr., tío de la joven, en 1999.
"Durante toda mi vida traté de ser buena hija, buena hermana, buena persona. Y ahora he agregado una nueva tragedia a nuestra familia, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo", lamentó en su ensayo, el cual cerró con una colección de imágenes íntimas que reflejan recuerdos imborrables con sus hijos y su familia.
AS/ff