Al filo de la ratificación

Macron no se rinde: sigue poniendo piedras (y todo lo que encuentra a mano) "en el zapato" del acuerdo UE-Mercosur

El presidente francés aseguró: "Somos varios Estados los que respaldamos esta idea de decir: 'Hacen falta mecanismos que permitan proteger ciertos mercados agrícolas clave, que van a estar totalmente desestabilizados si se firma el acuerdo con el Mercosur'".

Ofensiva política. El presidente francés, Emmanuel Macron, lidera la embestida de la Unión Europea contra el gobierno conservador de Israel. Foto: cedoc

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, volvió a decir este jueves 26 de junio que el acuerdo comercial con el Mercosur es inaceptable para París “en su estado actual”, y solicitó “enriquecerlo”. faltando muy poco para que la Comisión Europea lo ratificara. El director general adjunto de Comercio, Leopoldo Rubinacci, había adelantado esta semana ante el Parlamento Europeo que “la Comisión adoptará la propuesta de firma y conclusión (de este acuerdo) antes de finales de este mes”.

Comenzadas en 1999, las negociaciones finalizaron en diciembre de 2024 en Montevideo, con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y sus pares de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. A pesar de las dudas que actualmente expresan al respecto Francia y otros países que integran la Unión Europea (UE), aumenta la presión desde ambos lados del Atlántico para confirmar este acuerdo frente a la inquietud comercial que generaron los aranceles de Donald Trump.

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El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva le dijo a Macron el pasado 5 de junio que firmaría el convenio antes de fin de año, durante su presidencia pro témpore del Mercosur. Además, Dinamarca, que asumirá en julio la presidencia del Consejo de la UE por seis meses, tiene, entre sus objetivos “profundizar las relaciones de la Unión Europea con América Latina, apoyando la ratificación del acuerdo UE-Mercosur”.

Lula Da Silva y Emmanuel Macron

 

Las objeciones de Francia 

La Comisión Europea debe presentar el acuerdo cerrado a los 27 países del bloque y al Parlamento Europeo para que den su aprobación antes de la firma final. El anuncio de esta etapa es un gran contratiempo para Francia, que todavía exige revisar la cláusula de salvaguarda incluida en el tratado, a la que considera insuficiente para proteger su agricultura.

Al finalizar una cumbre de referentes de la UE en Bruselas, el jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, declaró que ningún dirigente “elevó objeciones fundamentales” para adoptar el acuerdo “lo antes posible”, y dijo que solo hubo “problemas menores”. Macron lo contradijo reiterando que Francia no aceptaría el tratado “en su estado actual”: “Lo que proponemos no es modificar el acuerdo como tal, sino enriquecerlo con una discusión adicional”.

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Luego, agregó que esta postura es compartida por otros países: “Somos varios Estados los que respaldamos esta idea de decir: 'Hacen falta mecanismos que permitan proteger ciertos mercados agrícolas claves que van a estar totalmente desestabilizados por este acuerdo comercial'”.

Macron ya había exigido, semanas atrás, un protocolo adicional al acuerdo para poder sumar estas medidas, pero el comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, le negó esa posibilidad el pasado martes 24 de junio.

Qué efectos tendría el acuerdo

El acuerdo crearía un grupo comercial de más de 700 millones de consumidores, dándole a la UE la posibilidad de exportar más vehículos y maquinarias, a cambio de agilizar la entrada de productos como arroz, azúcar, miel, carne y soja de Sudamérica.

Alemania (la economía más importante de Europa), Finlandia y Suecia quieren implementar el pacto lo más pronto posible para compensar el efecto de los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump; sin embargo, los ganaderos franceses temen la competencia de sus pares del Mercosur, especialmente en los cortes más caros, y además denuncian que las normas de producción son mucho menos restrictivas en Latinoamérica que las que rigen en la UE.

Donald Trump

Para evitar el veto del gobierno de Macron, la Comisión tiene la opción de dividir el acuerdo en dos partes, separando el apartado comercial del resto, lo que facilitaría su ratificación en Europa porque solo necesitaría la aprobación del Consejo de la UE y de la Eurocámara.

Francia planea dar batalla en el Consejo de la UE, donde sus ministros de Agricultura, de Relaciones Exteriores y de Europa están haciendo contactos con sus pares para armar una “minoría de bloqueo”. Para conseguir ese objetivo necesitarían que, por lo menos, 4 de los 27 países que integran la Unión Europea se opongan al acuerdo comercial o se abstengan de intervenir. Annie Genevard, ministra francesa de Agricultura, aseguró que Austria, Hungría, Irlanda, Rumani, Países Bajos e Italia compartirían su lucha.

En este contexto, París sigue intentando modificar el pacto, sosteniendo que Bruselas no puede ignorar su postura ni la capacidad de protesta y movilización que tiene el sector agrícola.