LA POLÍTICA Y EL PSICOANÁLISIS

José Abadi: “En un narcisista no hay compasión y sería delicado que haya gobernantes así”

El psiquiatra y psicoanalista eminencia en el mundo de la salud mental, habló sobre el narcisismo y los conflictos que introducen estos fenómenos en el plano de la política local e internacional. “La polarización va más allá de nuestras fronteras”, expresó. Mirá la entrevista completa.

José Abadi Foto: Perfil

En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV), el psicoanalista José Abadi analizó la actualidad política desde la psicología freudiana y cómo se trastocan algunas de las problemáticas actuales en Ulises, la obra de la que será parte: “La polarización hace que la brecha y lo distinto, en lugar de poder ser un espacio de debate se vuelve guerra”, expresó. 

¿Hay metáfora en la Odisea?

La Odisea de Homero tiene una vigencia permanente, habla acerca del viaje que hacemos para descubrir quienes somos, las luchas entre las tentaciones y las normas. Ulises, si acepta su mortalidad es un ser humano y puede amar y ser amado entonces, desoye la oferta que le hace calipso de ser inmortal si se queda con ella. El castigo con que lo amenazan los dioses por haber, no vencido a los troyanos, sino que una vez que los venció, los humilló y destruyó en una victoria innecesariamente más sangrienta de lo que pudo haber sido.

La victoria tiene exigencias y los vencedores tienen obligaciones y cuando esto no se cumple no está la posibilidad de acuerdo y sin eso no hay posibilidad de vida y eso lo castigan los dioses haciendo que el retorno de los reyes griegos a sus islas sea tan tumultuosa.

Esta idea de el ser para la muerte, la idea de Heidegger, podría ser aplicable a un personaje de la política actual, aquel que vence y es excesivamente duro con los vencidos. ¿Podría asignarse esto a Cristina Kirchner y a Mauricio Macri?

Tendría que cuidarse cualquiera de los protagonistas que pretendan la inmortalidad que es la fantasía de lo absoluto. Cuando alguien cree que solo tiene respuestas y no preguntas, o que puede perdurar más allá de los otros porque eso lo convierte en un distinto, no puede gobernar a aquellos que son humanos como él, no puede preguntar ni aceptar críticas.

En Ulises aparece esto de que un líder es un líder si sabe tener a su lado otros líderes, más pequeños o en formación que puedan criticar u opinar. La pretensión de lo absoluto, ya sea inmortalidad o autoritarismo, de sordera, los que creen que el diálogo es hablar y no escuchar, esa gente son Ulises, la Odisea de Homero, que trata de cuestionar y mostrar que cuando se supera tiene una síntesis más profunda. 

¿Si el presidente Alberto Fernández no gobierna hay democracia?

Entrevisté a tantas personas que me convertí en una especie de psicólogo del poder. Hay una sensación de que quien atraviesa la presidencia se le produce algún desorden emocional. ¿Hay algo en las personas que se considera  que siempre tiene la razón y que pueden ser perpetuos?

Estaríamos en un narcisismo primario patológico, es un alguien que no reconoce a otro. El que tiene todo no pide ni le falta nada, no desea nada. No pueden ni dar ni recibir porque están en esa autosuficiencia que lo completa. Sin semejante, esa soledad, lo convierte en alguien ajeno a esa humanidad a la que pretende representar.

El narcisismo patológico no puede amar, porque no hay otro, no puede ser amado porque no siente que le falta algo que tiene que pedir. Está en un embelesamiento en la apariencia que lo deja en una soledad mortífera. Ulises, cuando lucha con Polifemo, o cuando se enfrenta al rey de los Gervasios y le ofrecen quedarse en la isla con la princesa para toda la vida, él le dice que no, porque si se queda y no vuelve a su tierra deja de ser él.

Su oferta tentadora lo deja fuera de lo humano y dice no. Eso implica estar ajeno al narcisismo absoluto. En un narcisista no hay compasión y sería delicado que haya gobernantes así, que no puedan empáticamente sentir con pasión. 

Hay parte de Ulises en Teatrix, ¿no?

Si, es una plataforma en donde discutimos con personas que están viendo cuestiones psicoanalíticas, teatrales y lo histórico. Eso será el viernes y el domingo, durante 1 hora, haremos un encuentro por zoom en donde aquellos que la vieron a la obra puedan  participar y establecer un diálogo que enriquezca la obra.

¿Casi como una terapia de grupo? 

Si, en un diálogo donde pensamos, preguntamos y tiramos ideas, si, hay algo terapéutico. 

El tema de la otredad, en el caso del narcisista, el otro no existe. En el caso de la polarización, donde la incapacidad de incorporar al otro no es individual sino, grupal. ¿La psicología tiene que decir algo de la polarización y el no reconocimiento del otro como grupo, que no es solo un problema de la Argentina sino también en lugares como EEUU donde es más extremo?

Ese es un tema acuciante de hoy. La polarización va más allá de nuestras fronteras. La polarización hace que la brecha y lo distinto, en lugar de poder ser un espacio de debate se vuelve guerra y si es guerra, no son adversarios, sino enemigos, no es debate sino hostilidad, es vencedor y vencido absoluto. Pero en realidad, somos todos vencidos. El narcisismo es la imposibilidad de entender que porque está uno, está el otro. El narcisista tiene la necesidad de crear a alguien para poder tener entidad pero crea un enemigo y ahí aparece la guerra y la hostilidad.

CB PAR