Encajes y tasas: el precio de la estabilidad
El esquema actual luce como un puente de los próximos dos meses que debería converger a un nuevo equilibrio entre dólar y tasa de interés.
En la recta final hacia las elecciones de medio término, el equipo económico prioriza sostener la estabilidad cambiaria y la desinflación hasta octubre. Sin intervención directa en el mercado de contado, la estrategia combina ventas de dólar futuro y tasas de interés elevadas, que se mantendrán como una constante. Todo sugiere que la administración está dispuesta a convalidar costos en términos de menor actividad y freno del crédito, con el consiguiente aumento de la morosidad.
Una nueva ronda de vencimientos en pesos presiona al gobierno en medio de una semana difícil
Tras la eliminación de las LEFIs, el tipo de cambio mayorista subió 13% hasta $1.370 y se dispararon las tasas. Agosto comenzó con un apretón monetario más severo, orientado a estabilizar y contener el traslado a precios. El objetivo del BCRA, luego del desarme de las LEFIs, es profundizar la competencia en el mercado de dinero interbancario y que la tasa sea más endógena, calibrando la cantidad de pesos en función de los agregados monetarios (en particular, M2 transaccional).
El BCRA también elevó los encajes. A mediados de julio se igualaron los de los fondos comunes de inversión money market con los de las cuentas a la vista; desde el 1° de agosto pasaron de 20% a 30% y, luego, a 40%. Para los money market, implicó duplicar el porcentaje (de 20% a 40%). A mayores encajes, mayores tasas cortas en pesos.
En la última licitación, el Tesoro adjudicó $9,15 billones frente a vencimientos cercanos a $15 billones, con un rollover de apenas 61%. Las tasas se ubicaron en 69,2% TNA para el tramo más corto y en 54,3% TNA para la letra con vencimiento en febrero de 2026. El excedente de $5,8 billones respondió a la necesidad de cumplir con los nuevos encajes.
En síntesis: no sobraron pesos (ni “punto ancla”) para remonetizar la economía o impulsar el crédito. La base monetaria (circulación más encajes) pasó de $33,2 billones (antes del desarme de LEFIs) a $42,7 billones: la circulación creció apenas $0,2 billones, y el incremento se explicó por encajes (+$9,3 billones).
Luis Caputo aseguró que la suba de tasas es "transitoria"
Desde la Secretaría de Finanzas confirmaron que ese excedente de $5,8 billones sería absorbido de forma inmediata, con instrumentos “encajables” en la cuenta corriente del BCRA.
Adicionalmente, el BCRA anunció que el encaje mínimo en pesos dejará de calcularse como promedio mensual y pasará a una medición diaria. Por último, dispuso una suba adicional de 5 puntos porcentuales en los encajes, del 40% al 45%, para FCI money market, depósitos a la vista y plazos fijos con cancelación anticipada.
En resumen, aún con una inflación general de 1,9% mensual en julio y una núcleo de 1,5%, el BCRA profundiza el apretón monetario a través de mayores encajes. Antes del desarme de LEFIs, no refinanciar el 100% de la deuda en pesos del Tesoro se leía como una señal positiva —había demanda genuina de pesos y era necesario remonetizar—; hoy preocupa que esos pesos queden en la economía, y por eso se los absorbe con más dureza. El objetivo es que el dólar no se acerque a la banda superior en la previa electoral.
Resta ver cómo interpretará el mercado esta sobrerreacción: si como un esquema transitorio —tasas altas para anclar expectativas hasta la elección— o como una estrategia con un costo demasiado elevado para la economía real. Por ahora, las tensiones se concentran en el tramo corto de la curva en pesos; mientras no se extiendan al segmento largo, un resultado electoral favorable permitiría aflojar tasas y reducir la necesidad de intervenir en futuros. En cambio, un mal desempeño en las urnas intensificaría las presiones financieras y cambiarias.
El costo de la estabilidad cambiaria y de la desinflación es menos crédito, mayor morosidad, una economía que pierde dinamismo y mayores exigencias para las cuentas fiscales. El resultado electoral definirá si el apretón monetario se prolonga.
En cualquier caso, el esquema actual luce como un puente de los próximos dos meses que debería converger a un nuevo equilibrio entre dólar y tasa de interés.
Federico Pablo Vacalebre es profesor de la Universidad del CEMA.
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