La ocupación militar israelí de Gaza y el genocidio contra la población palestina
Las maniobras del Ejercito israelí en su invasión a Gaza. La incertidumbre de los 20 rehenes secuestrados por Hamas. Y la aparición de una oenege estadounidense en medio de la guerra para socorrer civiles.
(DESDE GINEBRA) La ocupación militar de Gaza ordenada por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sepulta las resoluciones 181 (II) y 194 (III), adoptadas por la Asamblea General de la ONU del 29 de noviembre de 1947 y el 11 de octubre de 1948, las cuales fijaron las fronteras entre los dos estados de Israel y Palestina, junto a la "desmilitarización e internacionalización de Jerusalén, así como la protección de los lugares sagrados de Palestina y el libre acceso a los mismos". (1)
Se produjo en consecuencia el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares y el pago de indemnizaciones por los bienes perdidos o dañados. Israel se convirtió en uno de los 193 Estados miembros de la ONU, no siendo el caso de Palestina, que es Estado Observador no miembro de la Asamblea General, sin poder de voto, cuyas fronteras con Israel están desapareciendo a raíz de la invasión militar israelí, incentivando el genocidio del pueblo palestino.
En efecto, se vislumbran potenciales asechanzas en el futuro inmediato, cuando Israel incorpore 120 mil reservistas al terreno de combate en Gaza. Ante todo deberá observarse lo que sucederá con el cese el fuego temporario negociado por Egipto y Qatar, por el cual Hamas ha dado su consentimiento. De momento, el gobierno israelí no se ha manifestado, dejando trascender que continuará exigiendo la desmilitarización de Hamas y de Gaza, la liberación de los rehenes, el control de seguridad del enclave y una administración civil, sin Hamas ni autoridad palestina.
El segundo interrogante es el temperamento que observaran los reservistas convocados. La prensa israelí destila comentarios amargos de la fatiga que padecerían los hombres y mujeres que serian llamados a las filas, debiendo poner entre paréntesis sus vidas personales, familiares y profesionales durante meses. Fuentes militares anticipan que según sus propios cálculos, faltarían 10.000 efectivos para colmar las necesidades, sin saber que ocurrirá si hubiera casos de reservistas que se nieguen a servir, cuyo impacto en la opinión pública es imprevisible.
La ONU declaró oficialmente la hambruna en Gaza, pese a la negativa de Israel
En tercer lugar falta saber como reaccionaran los habitantes de Gaza al desplazamiento forzado, preconizado por el gobierno en los próximos días. Los combates son precedidos de una fase de evacuación de civiles. Esos movimientos de población son condenados por las oenegés y los organismos internacionales, tratándose de civiles exangües por los meses de guerra y privación alimentaria decidida por Israel, previendo que el hambre y la malnutrición se agravaran.
En cuarto lugar es inimaginable el nivel de riesgos para los 20 rehenes que perduran vivos. Cabe recordar que a fines de agosto del 2024, 6 rehenes fueron ejecutados por Hamas cuando el Ejercito se acercara al túnel donde estaban cautivos. Valga como referencia la respuesta israelí al ataque del 7 de octubre, y la primera batalla en la ciudad de Gaza, entre noviembre de 2023 y enero de 2024. Perecieron miles de civiles y el Ejército perdió una centena de militares.
Para peor, en las actuales circunstancias, el Ejercito israelí es supuestamente asistido en Gaza para distribuir comida entre los palestinos por una organización que dirigiría el presunto estadounidense John Acree, quien no se ha presentado públicamente en rueda de prensa alguna, criticando la "desinformación imperante en los medios, alineados con Hamas". Se trata de la "Gaza Humanitarian Foundation" (GHF), que informa haber distribuido 129 millones de platos de comida en tres meses. Advierten que el "sistema tradicional de la ONU no funciona". Admiten que circulan criticas en su contra, de la Cruz Roja, UNICEF, y otras agencias de la ONU.
La GHF es financiada por Israel, quien asume haberle pagado 473.000.000 dólares, un acto que la ONG no confirma. Los 4 centros de distribución de comida que disponen estarían en zonas controladas por el ejército israelí. Admiten haber recibido financiamiento de la Administración de Donald Trump por 30 millones de dólares, y de "3 pises europeos", que no identifican. Propusieron a los gazatíes llevarles la comida a sus domicilios, a cambio de conocer la localización y la de sus familias, datos que prometían guardar en secreto, pero finalmente desistieron. En Ginebra, un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para derechos humanos informó que 1857 palestinos perecieron buscando comida cerca de los centros de GHF. (2)
- Fuentes citadas:
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«Las Naciones Unidas y la cuestión palestina», publicación de la ONU de septiembre de 1990, copia en el archivo del autor, y «Le Monde», Paris, 22 de agosto de 2025.
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«Le Temps», Ginebra, 21 de agosto de 2025.
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