Lo importante y lo urgente
En 1910, Argentina tuvo su mayor PIB per cápita, que hoy es solo el 16% del de EE.UU. Pero la sociedad de hoy no es la que dejó Sarmiento: el 85% de los egresados de la secundaria, no alcanza el nivel básico en matemáticas y lengua. El “modelo vocacional suizo” podría ser una solución.
En días recientes prestigiosos columnistas han señalado la importancia de la Salud y la Educación como activos estratégicos del desarrollo de los países. Es obvio que históricamente la influencia de Adam Smith era notoria y así lo entendieron Domingo Faustino Sarmiento y toda la generación del 80, razón por la que lograron llevar a una Argentina pobre y mayormente ignorante a dejar de serlo y acercarse en un 80 % al mayor PIB per cápita de 1910 (Estados Unidos U$D 4964, Argentina U$D 4.300).
Se debe recordar también los más de 100 años que transcurrieron con innumerables estupideces, disfrazadas detrás de poderosos lemas políticos tales como: “"Argentina potencia" (plan económico lanzado por Perón en 1973 y luego continuado por López Rega hasta el “Rodrigazo”) así como muchos otros con distintos nombres y épocas (quinquenales, IAPI, estatizaciones, tablitas, etc.); se generaron vaciamientos y saqueos que llevaron a que hoy el PIB per cápita de nuestro país equivalga hoy solo a un 16 % del de Estados Unidos.
Roberto Borrone señala que al actual Pacto de Mayo le faltan hoy los componentes de Salud y Educación; planteando además un poderoso interrogante al que adscribimos ¿Alguien puede dudar del valor que tiene para la economía de un país del siglo XXI que su población tenga un excelente estado de salud y una educación de primer nivel accesible para todos?
También afirma adecuadamente que: “lo urgente (economía y seguridad) y lo importante (salud y educación) deben ser abordados de forma tal de generar un circuito virtuoso, dado que lo importante le dará sustentabilidad en el tiempo a lo urgente”.
Oportunidad óptima
Coincidimos también en que el Pacto de Mayo sería una: “oportunidad óptima para definir el “trazo grueso” de una reorganización del sistema público de salud”. En nuestra particular visión personal y dadas las limitaciones constitucionales, creemos que se debería acordar un sendero de ejecución en torno a Seguros Provinciales Universales, con una fuerte raigambre en Atención Primaria de la Salud y aprovechando las valiosas experiencias de muchos países europeos, Canadá y Australia.
En términos sintéticos esto significaría pasar del eje prevalente de hospitales públicos, como un “subsidio a la oferta de servicios para pobres” a Seguros básicos integrales con medicina preventiva y traslacional; cubriendo también de ese modo a quienes efectivamente no puedan costearlos (parcial o totalmente), mediante reales “subsidios a la demanda”.
Está claro que una reorganización de este estilo bien planificada y ejecutada, permitiría brindar servicios de mayor calidad para todos los habitantes, tanto con prestadores privados y públicos siempre que estos últimos reorganicen eficientemente sus estructuras y procesos (sin corrupción ni cargos políticos).
Frente una pregunta periodística acerca de la razón por la que nunca se ha encarado, hemos afirmado oportunamente que somos pocos los que planteamos este abordaje tanto dentro como fuera de los gobiernos; es evidente que hacerlo, implicaría redireccionar importantes recursos centrándose realmente en las personas beneficiarias y no en los múltiples intereses sectoriales que se nutren de ellos.
Una radiografía y diagnóstico grave
Respecto a la Educación, la reciente “Radiografía de las Universidades Argentinas (Fundación Libertad 2025)”, aporta información e indicadores que no pueden ni deben ser ignorados:
• En términos del PIB, el gasto en educación terciaria de la Argentina (1,04%) se encuentra levemente por debajo del promedio del G20 (1,09%) y de la OCDE (1,21%).
• Argentina logra sólo 20 egresados por cada 100 estudiantes ingresantes, mientras que en Brasil egresan 27 de cada 100 y en Chile lo logran ¡nada menos que 82 de cada 100 ingresantes!
• Esta relación de egresados/ingresantes arroja un promedio para las universidades nacionales del 20,7%, mientras que en las privadas esta ratio alcanza el 41,7%.
• Argentina posee tan solo el 19% de su población entre 25-34 años graduada a nivel terciario, muy por debajo del promedio del G20 (41%) y la OCDE (48%).
• El presupuesto por alumno para universidades nacionales del año 2024 alcanzó los $1,5 millones, lo que representaría un ilógico resultado de $34,7 millones por estudiante efectivamente egresante.
Frente a este último indicador de gasto por estudiante egresado, los resultados educativos en las escuelas secundarias muestran que solo el 10% de los estudiantes que iniciaron la primaria en 2013 terminó la secundaria en tiempo y forma y con los conocimientos esperados en Matemática y Lectura.
Esto se debe a una significativa brecha en los aprendizajes; aproximadamente el 85% de los alumnos que egresan de la secundaria, no alcanzan el nivel básico en matemáticas y el 41% tampoco lo logra en lengua. En primaria, la asistencia es casi universal, pero los resultados de aprendizaje son desiguales y empeoran al finalizar el nivel, según el informe del Censo Nacional y un análisis del Índice de Resultados Escolares (IRE).
A esta altura de los acontecimientos, resulta evidente la necesidad de cambiar prioridades en la asignación de recursos (al menos por un período de tiempo). Si analizamos políticas actuales de algunos países europeos, nos sorprenderíamos de la necesidad de recuperar instituciones que alguna vez fueron muy importantes en la Argentina.
Por ejemplo, el "modelo vocacional" en Suiza es un exitoso sistema dual de formación profesional (que combina formación práctica en una empresa durante 3 días a la semana con una formación teórica en un colegio 2 días a la semana). Este modelo, fomenta una sólida colaboración público-privada e integra a los aprendices en procesos de producción reales, lo que lleva a una formación de personal cualificado y preparado para el mercado laboral.
Al terminar la secundaria, no solo poseen diplomas (que los habilita para continuar estudios terciarios), sino también experiencia, salario y prestigio en el mercado laboral. Por ello, el desempleo juvenil en Suiza es uno de los más bajos del mundo (menor al 5%), consiguiendo que los jóvenes tengan empleo formal antes de que sean capturados por las tan nocivas influencias de la calle.
En estos programas suizos se forman a jóvenes en fibra óptica, como programadores y diseñadores en startups, en empresas químicas, metalúrgicas y también biotecnológicas.
No cabe duda que un factor estratégico para que la Argentina lograra esos indiscutibles éxitos observados en 1910, se relaciona también con que, en 1899 Otto Krause, fundó la primera escuela técnica concebida según el modelo de los institutos politécnicos europeos y norteamericanos de ese entonces. Recuperar antiguos y copiar nuevos modelos exitosos que vinculen las escuelas con el mercado laboral, es consecuentemente una necesidad insoslayable.
También te puede interesar
-
Venezuela, petróleo y poder: qué busca Trump con la nueva ofensiva contra Maduro
-
Las leyes no son el atajo de todo lo que no está
-
Dos futuros y una sociedad con desigualdades de género
-
Ahmed Al Ahmed, un mensaje indeleble para el mundo
-
Reforma laboral: igualdad ante la ley
-
La ventaja de haber sido el primer aliado
-
Juan Archibaldo Lanús, tradición de la mejor diplomacia argentina
-
Todos usamos IA, pero seguimos creyendo que no
-
La visión de China sobre América Latina frente a la estrategia de seguridad de Trump
-
La Argentina que viene: Un análisis macroeconómico de lo que podemos esperar en 2026