Trabajo doble

VIDEO | La odisea de las mujeres durante la pandemia de coronavirus

Este año, más de 500 millones de mujeres enfrentan un horizonte laboral incierto y un presente abrumador: repartirse entre ser madres, cuidar el trabajo y nuclear una familia con problemas.

Ser madre durante la pandemia. Foto: Agencia Shutterstock

O cuidas a tus hijos o cuidas tu trabajo. Esta es la disyuntiva en la que se encuentran miles de mujeres durante esta pandemia. ¡Ah! Y me olvidaba de las tareas domésticas, perdón. La disyuntiva, entonces, me recuerda al Triángulo de las Bermudas

No importa si somos separadas, casadas, solteras o viudas, todas estamos pasando por lo mismo, el multitasking. Un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas comenta que el 93% de los trabajadores del mundo viven en países en los que la pandemia obligó a cerrar –temporariamente o no- oficinas y puestos de trabajo, un tablero inesperado que afecta sobre todo a las familias del continente americano.

En paralelo, la Organización Internacional del Trabajo puso en números la cantidad de mujeres que, en lo que llevamos recorrido del año 2020, protagonizan una rutina laboral alterada, incierta: unos 510 millones de mujeres están trabajando menos horas, o desde su casa o directamente ya no regresarán a los puestos que dejaron en marzo. Es decir, los flacos beneficios y atisbos de igualdad de género que se lograron en décadas, se están deshilachando.

“No estamos desgastadas porque la vida sea difícil este año. Lo estamos porque nos arrolla una economía que ha declarado de manera incomprensible que los padres que trabajan no son esenciales” apostrofa Deb Perelman en el artículo publicado por The New York Times que inspiró el video de la agencia alemana Deutsche Welle, que acompaña esta nota.

 


La autora comenta que el departamento de Educación de Nueva York exige que cada alumno disponga de 6 m2 en el aula, para cumplir con el protocolo sanitario de la reapertura escolar. Eso significa que sus hijos sólo podrán asistir físicamente a clase una de cada tres semanas. “En la economía de la COVID-19 solo puedes tener una cosa: hijos o empleo”, dispara la autora, y pregunta: “¿Por qué nadie habla sobre esto?” 

Es decir, la autoestima de los hombres-sostenes-de-hogares está en crisis por la inestabilidad laboral, el equilibrio emocional de los chicos y adolescentes colapsa por la pérdida de las rutinas sociales en las que crecieron hasta ahora y las mujeres… ¿alguien piensa en el resquebrajamiento psíquico y la fatiga física de las mujeres que se vieron forzadas a duplicar -o triplicar- sus tareas durante la pandemia?

“No deberías tener hijos si no puedes cuidarlos’ es algo que diría un troll y casi da risa, pero ha surgido con tanta frecuencia que cabe la pregunta de si esperan que les demos clases a nuestros hijos en las noches”, reza un párrafo del artículo de Perelman. 


Nuestra economía y nuestro mercado laboral agonizan y pensar en el futuro da escalofríos. 


El último informe sobre mujeres que publicó la Organización de las Naciones Unidas, mencionado al comienzo, es lapidario: “El grave impacto del COVID-19 sobre las mujeres está relacionado con su representación mayoritaria en algunos de los sectores económicos más afectados por la crisis, tales como la hotelería, gastronomía, comercio e industria manufacturera. A nivel mundial, casi 510 millones de todas las mujeres empleadas, alrededor del 40%, trabajan en los cuatro sectores más afectados, frente a 36,6% de hombres. Las mujeres también predominan en los sectores del trabajo doméstico, la asistencia sanitaria y los servicios sociales, donde corren mayores riesgos de perder sus ingresos, de infectarse y de transmisión del virus, y es menos probable que tengan protección social”.


Es decir, más de 500 millones de mujeres podrían quedar fuera del mercado laboral. Pero por triste que sea, esto es solamente la mitad del problema.

Esta estadística no da cuenta de la otra mitad de la población femenina que está haciendo malabares por seguir siendo una masa laboral activa sin renunciar a su compromiso materno. ¿Nadie ve que estamos exhaustas y que tenemos miedo de no poder sacarnos un diez todas las semanas?

La cineasta colombiana Josephine Landertinger Forero, que ahora reside en España, está filmando “Ellas”, un documental sobre las mujeres durante la pandemia. ¿Cómo se le ocurrió la idea? Mirándose a sí misma: “al principio de la pandemia yo estaba muy abrumada, sentía que necesitaba ocho brazos para poder cumplir con todo. Entonces me pregunté si lo que me pasaba a mí le estaría también pasando a otras mujeres”. Para eso, lanzó en sus redes una convocatoria para que otras mujeres le contaran sus historias de cuarentena: “Me ha contactado desde la mujer encarcelada hasta la que vive en Barcelona en una casa con piscina. Tengo historias de Francia, España, Argentina y muchas de Colombia. Recibí más de cien filmaciones y correos”. Y quiere reflejar en su película, aún en proceso, todas esas realidades. “Mi horario de trabajo, por ejemplo, es de las 22 horas a la 1 de la mañana. Pero hay otras realidades más difíciles, mujeres enfermas, mujeres que han perdido familiares, mujeres en la cárcel o mujeres que viven con alguien al que odian o las maltrata”

CP