GRAN TEMATICA

Cuando lo más difícil es encontrarle el sentido a la propia vida

Una obra de Juan Washington Felice Astorga plantea el tema a través de una joven que reacciona de manera extrema ante la falta de resultados. El propio dramaturgo y autor analiza la propuesta.

Yo me tengo que bañar y a nadie le importa plantea la angustia existencial de la protagonista. Foto: Vivo.

Rocío es una joven escritora que, harta de intentar encontrar una motivación para llevar adelante su causa artística, opta por buscar alternativas para ganarle la pelea a su angustia existencial. ¿Quién soy? ¿Qué será de mí? En el medio de estos cuestionamientos entra en el “fetiche” de querer lastimarse sin poder conseguir perecer. Este planteo es el punto de partida de la particular Yo me tengo que bañar y a nadie la importa, una propuesta de Juan Washington Felice Astorga, quien también dirige la propuesta que corporizan Nahir De Ciancio, Daniela Colucci, Patricio Franchi, Marcelo Pañale, Sergio Villarruel, Guillermo Bechthold, Leonardo Cook, Franco Mastropietro, Gastón Quiroga, Florencia Collaud, Marisa Picollo, Malena De Arregui, Carolina Faraci, Marisa Alfonso. 

El entorno de esta chica se reduce a una travesti que convive con el reloj que establece su esperanza de vida, una enfermera que sin ser madre es más madre que nadie, una prostituta que no deja de pensar en cómo salir de la dependencia, un hermano futbolista, un músico enamorado, una madre que no puede renunciar a su cuerpo ético, un padre laburante y orgulloso, y muchos eslabones más que no juzgan, buscan entender aquello que parte misteriosamente de la pasión.


Buscando el disparador de esta idea conversamos vía zoom con Juan Washington y esto es lo que nos dijo:


Ahora el espectador tendrá que descubrir, por sí mismo, si podrá Rocío alguna vez inventarle un sentido a la vida. La funciones son los domingos a las 20 en Código Montesco (Gorriti 3956, CABA) y acá podés encontrar más info sobre las entradas.