El Museo Benito Quinquela Martín (MBQM) presenta la muestra Pasajes, que reúne un conjunto de obras de Silvina Benguria seleccionadas por Yamila Valeiras, curadora de la institución boquense.
Las pinturas de Benguria representan escenas habitadas por personajes que reconocemos en la cotidianeidad de una sociedad burguesa donde la exuberancia y el color son protagonistas.
Con una cuota de ironía y humor, la artista pone de manifiesto el grotesco que se oculta tras situaciones aparentemente banales, aunque alguna vez reconoció que su objetivo no es mostrar la anécdota sino el resultado plástico.
"Quisimos hacer una muestra ecléctica, heterogénea, diversa" explica Yamila Valeiras en referencia a la selección de obras que no responden a una idea de retrospectiva.
"Algunas obras hablan de esas obsesiones y fantasías personales que surgen a veces de una experiencia disparadora para Silvina y concluyen en una obra. Otras tienen que ver con series, como las vinculadas con el mundo naval".
El diseño del espacio expositivo ha prescindido de una direccionalidad y genera una circulación libre que invita al visitante a entrar en diferentes universos a medida que recorre las obras.
"Hay artistas que naturalmente se incorporan a la vida del museo. Podemos decir que Silvina habita el museo desde mucho antes que la muesta" expresó Víctor Fernández, director del MBQM durante la inauguración de la muestra.
"En la programación de exposiciones temporarias de artistas contemporáneos buscamos a artistas que honran desde su lugar y desde su discurso una tradición que tiene que ver con el respeto por el oficio de artista, el profundo conocimiento de ese oficio".
Ese profundo conocimiento al que hace referencia Fernández, se manifiesta en la comodidad con que Benguria se desenvuelve tanto en la figuración como en la abstracción a partir de un manejo prodigioso del color.
"Creemos que algo que puede definir al artista como tal es aquella persona que tiene mucho para decir y que sobre todo sabe muy bien cómo hacerlo" subraya Fernández.
"Y creo que ésto es lo que encontramos en la obra de Silvina. Tiene siempre cosas ricas para decir, siempre hay un mundo, siempre hay un despliegue de magia en la obra, pero nos encontramos con ese discurso porque sabe perfectamente cómo hacerlo".
El director del MBQM encuentra en la obra de Benguria un "encanto" que la hace única, y recuerda que según Oscar Wilde es esa la cualidad necesaria para que el arte sea considerado como tal.
"Esas figuras profundamente humanas, ese ejercicio de la ironía, pero esa ironía profundamente humana que nos hace cómplices, esas escenas tiernas, irónicas, encantadoras, son a su manera un retrato nuestro, porque nos reconocemos y empatizamos. Cuando veo ese bañista, esos conjuntos de figuras, creo que nos retrata como época y nos retrata a cada uno de nosotros".
En el imaginario de Benguria aparecen escenas navales en forma recurrente. Aparecen el humo de las chimeneas que se esfuma y confunde con las nubes o personajes apoyados en la borda de un barco en donde la mujer parece ocupar un lugar protagónico aunque desde una mirada en apariencia condescendiente.
Sin embargo, la artista explica que compone situaciones en las que los personajes están inmersos desde un punto de vista puramente estético.
"Nunca tuve ningún problema con respecto a la posición de la mujer en la sociedad, o sobre la victimización" dice Benguria ante la consulta de PERFIL.COM sobre ese aspecto.
"Simplemente me gustan las mujeres gordas, porque me parece que las personas flacas no tienen ninguna gracia" señala en referencia a los volúmenes abultados con que frecuentemente compone a las mujeres de sus cuadros.
En tanto, también se incluyen retratos a personajes históricos que Benguria admira, como Oscar Wilde, Alfonsina Storni o Groucho Marx, entre otros, además de escenas oníricas como el dinosaurio o la pintura que representa al Volcán Tupungato hecha con un rojo vibrante, tanto en la forma como en el fondo y que hace pensar que está a punto de hacer erupción.
"Me gustan las personas gordas porque me parece que las personas flacas no tienen ninguna gracia".
Silvina Benguria
Silvina Benguria expuso en forma individual y colectiva en Argentina, Bolivia, Chile, Estados Unidos, Finlandia, Holanda, Italia, Japón y Uruguay. Obtuvo las becas Francesco Romero (FNA y Embajada de Italia en la Argentina) y Pollock-Krasner Foundation. Recibió premios y reconocimentos (el primero de ellos, primera mención en el Premio Braque en 1966), entre ellos en la Bienal de Valparaíso y el Salón Nacional de Artes Plástica.
La muestra Pasajes de Silvina Benguria puede ser visitada hasta el 18 de agosto en el Museo Benito Quinquela Martín, Av. Pedro de Mendoza 1835, en el barrio porteño de La Boca, frente al Riachuelo, con entrada gratuita.
Quienes visiten la muestra podrán, además, recorrer todas las salas del museo que incluyen una importante colección de arte argentino desde el siglo XIX hasta nuestros días, las terrazas de esculturas y la sala de Mascarones de proa.