No fue un festival común, fue “un festival con sentido y más allá de las apariencias”. Así describe Mariano Marquevich a "La Llave Maestra", una original iniciativa que el domingo 3 de noviembre reunió durante más de nueve horas a artistas como Maxi Trusso, Fer Dente, Mike Amigorena, Gastón Soffritti, Stuka, Maleboux, Chule Von Wernich, Under MC, Potra, Serfer, Lucía Herlizka, Tere Basualdo, Milo Lockett y muchos otros en la Plaza Brasil, al lado de la Facultad de Derecho, en la Ciudad de Buenos Aires.
"La Llave Maestra tiene un sello distintivo. Te deja algo. La gente que va a escuchar música clásica no suele ir a escuchar trap; y los adeptos al trap no suelen frecuentar galerías en busca de pintores abstractos. Acá, todo eso se va sumando y finalmente el resultado es un festival con una buena dinámica y que no te aburre", cuenta Marquevich, escritor y organizador del encuentro, a PERFIL.
Según explica, la idea era reunir a "referentes de distintos estilos y disciplinas" en segmentos -o cápsulas- de 20 minutos. Así, por ejemplo, Panni Margot intervino con un desfile de estética futurista con modelos de HB Models; hubo pintura en vivo con Milo Lockett (arte pop), Emilio Fatuzzo (arte abstracto) y Ricky Crespo (arte conceptual); y hasta música, foodtrucks y literatura con la donación a los concurrentes de una suscripción gratis por tres meses de una reconocida plataforma de libros digitales.
"El festival tiene que ver con algo arcaico. Antiguamente, el ser humano, cuando celebraba, festejaba con el cuerpo y con un sentido de trascendencia profundo. Había algo de la comunión tangible. Con el tiempo, las religiones fueron separando a Dios del cuerpo, castigándolo y hasta dándole atribuciones demoníacas", analiza.
"Esto no hizo que el hombre deje de festejar ni de divertirse sino que lo haga de un modo más marginal, nihilista, superficial y hasta a veces con culpa. Hoy, cuando la gente va a divertirse no sabe quién es el dueño del lugar ni lo que piensa. Y escucha artistas cuyos temas son todos parecidos unos con otros, con el mismo ritmo y que no dicen nada, como en el caso de la electrónica, o que son prácticamente un pobre monólogo aliterado sobre sexo como muchas de las canciones de reggaetón”, reflexiona.
En este sentido, el escritor afirma que hoy, la mayoría de los festivales están regidos "por las leyes del mercado" y que su formato está de moda porque es el resultado de “una cuenta matemática”.
"Se hace la suma de cuántas personas lleva el artista, cuánto tracciona el otro, agarran ocho marcas que ponen la plata y después se maquilla con un trabajo de publicidad, una buena mano de lettering , animaciones, frases de moda, y salen del horno", argumenta. “No tienen nada de cultural. Para mí, la cultura se resuelve fácil: viene de la palabra cultivos, que son las cosas que hacen que se desarrollen otras cosas en las personas, que te dejan algo", recalca.
Para Marquevich, ese es el diferencial de esta iniciativa que debe su nombre a un libro sobre espiritualidad racional que es de su autoría. “Es un manual de instrucciones para el pensamiento, como cuando comprás un electrodoméstico y te viene con las instrucciones, es lo mismo. Uno puede llegar a distintas conclusiones con el pensamiento subjetivo. Podés pensar una cosa o la otra y no perder la coherencia. La llave maestra tiene como función organizar el modo de pensar para no caer en métodos sectarios y que el pensador pueda tener una llave para entrar y salir de los métodos que se ofrecen como verdades incomprobables”, asegura.
Con la ayuda de Juan Carr, la idea también fue colaborar con la gente más necesitada. Durante la jornada se reunieron alimentos destinados al Hogar de Cristo, Centro Barrial Padre Carlos Mugica en la Villa 31. "Es un momento del país muy delicado y no podemos mirar para otro lado. Los que gestionamos cultura no podemos obviar este dato y tenemos que ser conscientes de que podemos aprovechar el festival para que la gente, si bien participará de forma gratuita, por lo menos trajera un alimento no perecedero", explica.
Material material gráfico y audiovisual gentileza de Nati Rok y colaboradores de “La Llave Maestra Fest”