Han sido estos días de intensa emoción para Emilio Bolinches, un uruguayo de mundo cuyo vínculo afectivo con la Argentina es antiguo y profundo. Las actividades más importantes del país, desde el removedor encuentro que organizaran Carlos Páez Vilaró y Esteban Bullrich y, por citar otro ejemplo, el reencuentro con el fútbol, un terreno en que la historia familiar lo marca hondamente, puesto que su abuelo fue uno de los fundadores del Club Atlético Atlanta, lo han tenido como invitado de lujo tanto como protagonista, pues en los últimos días Bolinches reunió las miradas del universo cultural y del diplomático, al inaugurar en la Usina del Arte su última muestra, titulada “Magos renunciando a renunciar”, que se podrá visitar allí hasta este domingo 3, y que contó con el apoyo entusiasta de la Embajada de Uruguay en Argentina.
“Para Buenos Aires Bolinches es una persona de destaque, nosotros teníamos clara su trayectoria de casi 50 años, con decenas de muestras individuales y centenares de muestras colectivas en todo el mundo, y creo que este era el momento óptimo para que él, con esa serie de obras tan personales, estuviera acá como parte de una serie de planificación anual de exhibiciones que son importantes para la embajada. O sea que para la embajada, en esta pospandemia las actividades culturales tienen una gran importancia”, explicó a PERFIL, precisamente, el embajador Carlos “Pájaro” Enciso.
Si el título de la exposición de Bolinches es atractivo y lúdico, también lo son las 23 obras que la componen, un derroche de color, de expresividad, de ternura, de fantasía y de misterio respecto a la aventura humana que en cierta forma recuerda al universo literario, siempre sorprendido y sorprendente, del norteamericano William Saroyan.
“Estuvimos en la inauguración con una energía maravillosa, abrazados como nunca, y la verdad es que esto ha servido para revisar un montón de proyectos que yo tenía encajonados. Muchas señales indicaban que debía volver a Buenos Aires, donde había estado por última vez en una galería importante hace 20 años. Y la verdad es que di todo de mí y me quedé tranquilo con el resultado. Después, la gente puede conectar o no conectar con tu arte. Pero estoy feliz con la repercusión que hemos tenido”, explicó Bolinches, quien prepara un paquete de acciones solidarias para retribuirle a las dos orillas del Plata lo que éstas le han dado.
Mientras tanto, cabe hacer una sola cosa antes del domingo: disfrutar de su arte.