Traders y analistas conversan en desayuno semanal con Bloomberg News en Buenos Aires sobre la situación del mercado de Argentina y principales claves a seguir en el corto plazo. Diego Chameides, head de estrategia de Banco Galicia, Paula Bujía, portfolio manager en Allaria Ledesma y Manuel Ipiña, trader en BTG Pactual, analizan el panorama electoral y económico.
Lo que preocupa: se diluye el ‘carry trade’
Desde la semana pasada, volvieron las inquietudes sobre el atractivo de la tasa real que pagan los activos argentinos. La principal razón está en que se acercan las elecciones primarias, conocidas como PASO, y dudan si los rendimientos son suficientes para compensar el riesgo político.
El pasado lunes se empezó a notar mayor nerviosismo en el mercado cambiario. El Banco Central habría aparecido, repentinamente, del otro lado del mostrador en el negocio de los futuros: vendió dólares en los plazos más cortos, y logró con eso evitar una mayor depreciación del peso. Y si bien aún no hubo grandes sobresaltos, el movimiento dejó una primera enseñanza a los administradores de cartera: conviene esperar los comicios algo más “dolarizados” y “livianos” en cuanto a papeles argentinos.
Difícilmente se llegue al 11 de agosto con un tipo de cambio en estos niveles. El carry trade, con una tasa real de 28 puntos porcentuales, sigue siendo altamente atractivo. Pero la incertidumbre electoral obliga a mantener la cautela: no más de 15% de la cartera en activos en moneda local. Y recordar que Argentina siempre da nuevas oportunidades para entrar.
Lo que sorprende: mercado más optimista que las encuestas
¿Qué resultado electoral está descontado en los bonos argentinos? A simple vista, pareciera que el mercado estuviera asignando en 60% la probabilidad de un triunfo del oficialismo. Y esto porque el riesgo país actual, por debajo de los 800 puntos básicos, está más cerca de las expectativas que los inversores tienen para este indicador en un segundo mandato de Mauricio Macri (en torno a 500-650 puntos básicos), que en un eventual gobierno de la fórmula Fernández-Fernández (1.500 pbs).
Vale aclarar algunos matices que también podrían estar reflejados en estos niveles: quizá el mercado también esté considerando una versión más moderada de Alberto Fernández, o previendo algunas limitaciones de Macri en su capacidad para renegociar la deuda con el FMI.
Macri se apalanca otra vez en expectativas a futuro, que están en niveles de 2017
Lo que consuela: el nuevo piso de Leliq
El Banco Central viene de reducir el piso de la tasa de política para julio a 58%, desde el 62,5% de junio. Pero parece ahora menos cómodo para repetir esa baja a partir de agosto: se ve difícil cumplir la meta de base monetaria de fin de julio, por lo que en estos días debería redoblar sus esfuerzos para absorber pesos.
Esto hace pensar que, para evitar turbulencias o un sell off, debería buscar que se mantuviera elevada la tasa de interés real (por encima de los 20 puntos porcentuales) y convalidar un piso de cerca del 55% durante agosto. Si esto se confirmara, sería una continuidad del “modo hawkish” que eligió Argentina para capear la tormenta electoral.
Lo que asusta: la foto de Argentina 2020, según el FMI
Sorprende a todos el panorama que traza el Fondo Monetario Internacional para el país el año próximo. Un crecimiento de la economía del 1,1%, una inflación del 32,1%, un aumento menor al 14% en la base monetaria, una suba cercana al 80% en el stock de Leliq y altas tasas de interés. Son cifras poco prometedoras, que ni siquiera se anima a suscribir el propio presidente del BCRA, Guido Sandleris: “Las proyecciones del Fondo son proyecciones del Fondo”, se limitó a responder el martes pasado, ante una consulta, en su última conferencia de prensa. La conclusión que trazan en el mercado es una sola: parece claro que, el año próximo, la inflación dejará de ser una prioridad para Argentina. El FMI pedirá, en cambio, orientar todos los esfuerzos a cerrar casi exclusivamente el déficit fiscal.
El Banco Central apuntaló una tasa mínima del 58% y recibió el apoyo del FMI
Lo que ilusiona: una vela al saldo comercial
La apreciación del peso empieza a generar algunas dudas y especulaciones por la pérdida de competitividad de Argentina. El tipo de cambio real cayó 17,4% desde el pico de fin de septiembre de 2018, según el índice que mide el Banco Central. Este jueves, el dato de balanza comercial de junio podría arrojar alguna señal en este aspecto. Argentina recuperó el superávit en septiembre de 2018, después de una devaluación del 58% en su moneda. El saldo viene siendo, desde marzo, superior a USD 1.000 millones mensuales y el mercado reza para que no se interrumpa la racha.