Justo cuando las aerolíneas comienzan a salir de la mayor crisis de la que se tenga registro, la industria enfrenta un nuevo problema: una brusca alza en los precios del combustible.
Los crecientes costos de los combustibles generarán un dilema para las aerolíneas que eliminaron coberturas que resultaban costosas luego de que la demanda repentinamente desapareciera cuando llegó el coronavirus el año pasado, dijo John Grant, analista sénior de OAG, que monitorea las tendencias de la aviación.
“Es más que una preocupación”, ya que el combustible es uno de los costos más grandes e impredecibles de las aerolíneas, señaló en un seminario web.
La capacidad global se mantiene justo sobre la mitad de los niveles previos a la pandemia, y el mercado interno de Estados Unidos es un punto positivo para el crecimiento, según OAG. Las aerolíneas tendrán que reevaluar los planes de capacidad, ya que el aumento de los precios del combustible requiere vuelos más llenos para alcanzar a cubrir las pérdidas, dijo Brendan Sobie, consultor de Sobie Aviation.
Se espera que la recuperación de la demanda de combustible para aviones y queroseno a los niveles previos a la pandemia demorará hasta 2024, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Sin embargo, los precios del petróleo –que son la base para fijar el precio del combustible para aviones– se han disparado desde menos de US$20 por barril en el punto álgido de las cuarentenas el año pasado hasta cerca de US$70 a medida que mejora la perspectiva de la demanda con el despliegue de las vacunas contra el covid-19 y los recortes de producción de los miembros de la OPEP+ ajustan los suministros. El crudo ha subido casi 34% este año.
HV