Las personas que han escuchado una grabación del asesinato del columnista saudí Jamal Khashoggi no creen que implique al gobernante de facto de Arabia Saudita, dijo el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, refiriéndose a una controversia que ha aumentado considerablemente la presión internacional sobre el mayor exportador de petróleo.
Hablando en Singapur, donde asiste a una cumbre regional, Bolton dijo que no ha escuchado la grabación. Al ser consultado si el audio vincula al príncipe heredero Mohammed bin Salman con el asesinato, Bolton respondió: "Esa no es la conclusión a la que creo han llegado las personas que la escucharon, y esa ciertamente no es la posición del gobierno saudí".
"El presidente ha dejado claro que quiere llegar al fondo de esto”, dijo Bolton a los periodistas el martes.
Los comentarios se produjeron luego que el New York Times informara que un miembro del equipo de asesinos le ordenó a un superior por teléfono que le "diga a su jefe" –se cree que sería el Príncipe Mohammed–que la misión se había cumplido. Oficiales de inteligencia consideran que la grabación es una de las pruebas más sólidas que vinculan al poder detrás del trono saudí con el asesinato, señaló el informe, citando a tres personas no identificadas familiarizadas con la grabación.
Khashoggi, antiguo aliado de la monarquía que se volvió crítico, fue estrangulado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre y su cuerpo fue desmembrado, informó el fiscal general de la ciudad.
Turquía no ha llegado a culpar al príncipe Mohammed, el líder de 33 años que dirige los asuntos cotidianos del reino.
Arabia Saudita ha negado vehementemente que tuviera conocimiento de la operación, que las autoridades inicialmente negaron y luego dijeron que había sido un interrogatorio que salió mal.
"Drogados"
El alto perfil de Khashoggi, un columnista del Washington Post radicado en Estados Unidos, y las filtraciones sensacionalistas sobre su desaparición han provocado la indignación mundial y empañado la reputación del impetuoso joven príncipe, cuyos esfuerzos por aparecer como un audaz reformador y un aliado de EE.UU. han chocado con sus políticas en el extranjero.
La controversia, y el éxito de Turquía en mantenerla en la agenda noticiosa global desde hace semanas, han coartado a los inversionistas extranjeros y endurecido las posiciones incluso entre aliados sauditas clave.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que el servicio de inteligencia de su país no había ocultado "nada" a sus contrapartes extranjeras y que los funcionarios de muchos países, incluyendo Arabia Saudita, habían escuchado las grabaciones de voz del asesinato.
Según los comentarios publicados en el periódico Hurriyet, Erdogan dijo que una oficina de inteligencia saudí que escuchó el audio quedó "impactada" y comentó que los involucrados deben haber estado drogados.
"Es obvio que este asesinato fue premeditado y que la orden vino de arriba", dijo Erdogan a su regreso de París, donde se reunió con el presidente Donald Trump, según informó el periódico. "Dieciocho personas están bajo arresto en Arabia Saudita. Los asesinos ciertamente están entre ellos. Debe descubrirse quién dio la orden de matar".
Yemen
Estados Unidos, que en un comienzo estaba reacio a tomar medidas contra un aliado del Golfo que necesita para mantener los precios del petróleo bajo control mientras endurece las sanciones contra Irán, ha exigido que Riad comience las conversaciones antes de fin de mes para poner fin a la guerra en Yemen.
Arabia Saudita aún tiene que responder a las últimas revelaciones.
La policía turca no ha podido localizar los restos del columnista a pesar de una exhaustiva búsqueda, y un asesor de Erdogan dijo que su cuerpo pudo haber sido disuelto.