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ALARMA MUNDIAL

Coronavirus: ¿cómo contener un virus que no se puede diagnosticar?

¿Cuál es la magnitud del brote de COVID-19 surgido en China? Resulta ser que mucho más grande de lo que nos dijeron inicialmente.

hubei china coronavirus
La provincia china de Hubei, en el centro del brote del nuevo coronavirus, sumó 4.823 casos confirmados más este viernes 14 de febrero | AFP

¿Cuál es la magnitud del brote de coronavirus? Resulta ser que mucho más grande de lo que nos dijeron inicialmente.

El jueves, los casos confirmados de Covid-19 en la provincia china de Hubei, el epicentro de la epidemia, aumentaron en casi 15.000; y no es que haya una ola repentina de nuevas infecciones. Más bien, el aumento refleja un cambio en cómo China cuenta a los pacientes; las autoridades no pudieron diagnosticar la enfermedad lo suficientemente rápido a través de pruebas de laboratorio, por lo que comenzó a identificar casos de otras maneras, como tomografías computarizadas.

Ese cambio no solo aumentó la cifra total de casos drásticamente, sino que también puso en duda suposiciones sobre cuánto se ha propagado la enfermedad y cuán bien se está conteniendo. También reveló una vulnerabilidad en la capacidad del mundo para combatir este virus y otros similares. Si no podemos diagnosticar la enfermedad de forma precisa y rápida, ¿cómo podemos controlarla?

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Pasarán meses, incluso un año o más, antes de que haya una amplia disponibilidad de un medicamento eficaz. Saber quién está contagiado con la enfermedad y si hay que tratar o aislar los casos tiene un impacto en la salud pública mucho más inmediato. Desafortunadamente, las iniciativas de diagnóstico a menudo tienen una menor rentabilidad y obtienen menos fondos que la investigación de drogas. Eso contribuyó a un ecosistema que no está a la altura del desafío actual.

Para confirmar la infección, los trabajadores de la salud ahora deben enviar muestras de sangre a laboratorios centrales, los que pueden analizar la firma genética del virus, pero cada vez están más sobrepasados. China ha aprobado rápidamente nuevas pruebas, pero no hay suficientes kits disponibles. El organismo Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) está intentando contribuir, pero algunos de los cientos de kits de prueba que ha enviado tienen fallas.

Incluso si hubiera suficiente capacidad de prueba, esta metodología tiene reparos. Más allá de que los laboratorios estén abrumados, como lo han estado en China, estas herramientas no son capaces de detectar la enfermedad en sus etapas preliminares. Esa falta de detección temprana se traduce en que las infecciones inevitablemente se pasan por alto, lo que nos deja menos capaces de contenerlo o saber hasta qué punto se ha propagado. Los retrasos también aumentan el riesgo de que las personas sanas se mantengan en cuarentena, donde es más probable que contraigan el virus.

Lograr satisfacer la demanda de pruebas de laboratorio solo sería un comienzo. Es necesario que haya una iniciativa bien financiada para crear herramientas rápidas para usar en las líneas de fuego, desde hospitales hasta aeropuertos y cruceros varados. Se está realizando una serie de ensayos clínicos de potenciales tratamientos, que están probando desde medicamentos contra el VIH reutilizados hasta medicina tradicional china. La Gates Foundation, agencias gubernamentales, un súperequipo anti-brotes con sede en Noruega y media docena de compañías farmacéuticas están colaborando en múltiples vacunas. No parece haber nada comparable en el lado del diagnóstico rápido.

Los gobiernos también deben ser capaces de analizar muestras de sangre en busca de anticuerpos a nivel de la población para ver hasta qué punto se ha propagado la enfermedad. En este momento, casi todos los casos fuera de China están relacionados con infecciones conocidas. Pero es completamente posible que la enfermedad, a veces relativamente leve, se esté extendiendo en EE.UU. y otros países sin que nadie lo sepa. Sin mejores pruebas, es posible que no lo sepamos hasta que los brotes sean demasiado grandes para detenerlos.

Detectar enfermedades no es tan atractivo como prevenirlas y curarlas. Pero merece mucha más atención durante el actual brote y antes del próximo.