Más allá de los riesgos de la guerra comercial y de una perspectiva de política monetaria incierta, la gran amenaza para la economía mundial es el peligro de que la desaceleración de China sea mayor de lo que se ve en la actualidad, dice Carmen Reinhart, economista de la Universidad de Harvard.
"Si me preguntara cuáles serían unas noticias mundiales realmente malas, diría que la desaceleración de China sea más profunda y duradera, porque eso se traduce en muchas cosas", dijo Reinhart, especializada en finanzas internacionales, en una conferencia de inversión en Asia organizada por Nomura Holdings Inc. en Singapur el martes.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China no muestra señales de resolverse, y la economía mundial podría recibir un golpe de US$600.0000 millones si el conflicto empeora. Incluso antes de la última escalada, la economía de China estaba perdiendo impulso, como se ve reflejado en un debilitamiento de los datos mayor de lo previsto en abril.
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Reinhart, que es particularmente conocida por su trabajo con su compañero de Harvard Kenneth Rogoff sobre la última crisis financiera, dijo que los bancos centrales como la Reserva Federal y el Banco Central Europeo probablemente serán "pacientes", ya que los indicios apuntan a una posible desaceleración de Estados Unidos en la segunda mitad, aunque aún tienen mercados laborales sólidos.
La economista dijo que es "prematuro decir que las actitudes de los bancos centrales hacia la inflación han cambiado de manera drástica". Si bien gran parte del enfoque de la guerra comercial se ha centrado en cambios en la cadena de suministros, cómo afectará esta incertidumbre a la inversión y los modestos efectos en los precios del mercado de los aranceles, "el shock comercial es como un shock adverso de la oferta".
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Estos son algunos extractos de la entrevista:
Herramientas macroprudenciales:
"He sido una gran proponente. No veo las herramientas macroprudenciales como un sustituto, las veo como un complemento del conjunto de herramientas. Las economías abiertas están sujetas a los caprichos de los flujos internacionales de capital", expresó la académica. “Las herramientas macroprudenciales, en los diez últimos años, han ido al alza. No solo en Asia, sino también en América Latina, hemos visto mucho más énfasis en las medidas macroprudenciales para limitar el riesgo cambiario, reducir la exposición indebida a vencimientos cortos, tratar de sesgar el vencimiento de los flujos de capital y, por tanto, la estabilidad de lo que llega a los bancos", agregó.
Bancos centrales:
“Los bancos centrales deben preocuparse por el tipo de munición que tienen para hacer frente a la próxima recesión. No estoy diciendo que la próxima crisis y la próxima recesión sean inminentes. Ciertamente, creo que hay indicios de que, en el contexto de Estados Unidos, se está produciendo una desaceleración o, muy probablemente, en la segunda mitad del año, aunque Estados Unidos tiene más municiones que el BCE o el Banco de Japón, cuyas tasas de interés son más bajas", aseguró. .
Independencia de la política:
“El hecho de que la política monetaria haya desempeñado un papel fundamental durante los últimos diez años y, a todos los efectos también compensará las deficiencias de la política fiscal, no creo que haya escapado a nadie. ¿Significa eso que los bancos centrales son menos independientes? Ahí diría que uno tiene que distinguir entre independencia en el sentido político: ¿Están haciendo lo que el gobierno quiere hacer, o lo están haciendo porque parece que son la única opción? Mi interpretación por ahora es lo último", concluyó.