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Ahora Trump estudia medidas contra la inmigración legal

La medida prohibiría a los inmigrantes legales que usan una serie de beneficios del gobierno obtener visas de residencia o renovar sus visas.

Donald Trump
Donald Trump calificó de traidor al funcionario que escribió la publicación. | Bloomberg

Ahora puede refutar con seguridad a todos los partidarios de Donald Trump que le digan que la cruzada del presidente contra la inmigración solo está dirigida a los ilegales. En un cambio regulatorio propuesto recientemente, Trump prohibiría a los inmigrantes legales que usan una serie de beneficios del gobierno obtener visas de residencia o renovar sus visas. La norma, de ser aprobada y respaldada en la corte, se traduciría en una gran reducción en la inmigración legal a Estados Unidos, todo sin requerir ninguna participación del Congreso.

Para obtener una visa de residencia o muchos tipos de visas, los inmigrantes ahora tienen que demostrar que "no es probable que se conviertan en una carga pública", según una ley de 1882. Desde 1999, una carga pública se ha definido como alguien que depende principalmente de la asistencia económica, como el programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas. Por supuesto, el gobierno no sabe quién necesitará asistencia social, por lo que utiliza una variedad de indicadores para tomar una decisión sobre cada posible inmigrante. En los últimos años, solo alrededor del 3 por ciento de los solicitantes han sido rechazados bajo esta norma.

La nueva política de Trump cambiaría esto drásticamente. Ampliaría la definición de "carga pública" para incluir a cualquier persona que reciba incluso una pequeña asistencia médica de Medicaid, cupones de alimentos, cupones de vivienda o subsidios para personas de bajos ingresos para medicamentos recetados a través de la cobertura Parte D de Medicare. Todo lo que se necesitaría para que se rechace una visa bajo la nueva política, sería la decisión de los funcionarios de inmigración, basándose en una compleja fórmula estipulada en la propuesta de 447 páginas, de que un futuro inmigrante tendría probabilidades de usar alguno de estos beneficios. También se tendrían en cuenta los ingresos del hogar, los activos y otros recursos financieros.

Esto reduciría drásticamente la inmigración legal a EE.UU. El Instituto de Política de Migración estimó que el 47 por ciento de los inmigrantes sería vulnerable a la exclusión en virtud de un anteproyecto anterior de la ley. La norma actual es algo menos estricta, y algunos inmigrantes lograrían eludir la norma evitando escrupulosamente el uso de los beneficios del gobierno, pero esto probablemente aún representaría una expansión significativa del número de inmigrantes legales excluidos u obligados a abandonar el país.

En lo superficial, la nueva propuesta parece un esfuerzo por redirigir la inmigración a EE.UU. hacia trabajadores altamente calificados. Esa es una política que he recomendado durante mucho tiempo y que tiene muchos beneficios económicos y sociales. Pero hay varias razones por las cuales la nueva norma de Trump no logrará este objetivo, y empeoraría la calidad de la política de inmigración estadounidense.

Primero, la propuesta probablemente excluiría a muchos inmigrantes calificados. Muchas personas inteligentes y talentosas vienen a trabajar a EE.UU. sin muchos recursos financieros. En lugar de dólares en el banco, su verdadero activo es su capital humano: el talento, la determinación, la ética de trabajo y la ambición de hacer las cosas bien en su país adoptivo.

El ejemplo clásico es Andrew Carnegie, el magnate del acero que llegó a EE.UU. desde Escocia en una pobreza absoluta a la edad de 12 años, y terminó estableciendo la compañía que finalmente se convirtió en U.S. Steel. La suya no es la única historia de este tipo. Andrew Grove, uno de los fundadores del gigante de semiconductores Intel, también venía de la pobreza cuando huyó de Hungría. Estas historias son excepcionales, pero el patrón es común: estudio tras estudio determina que los inmigrantes tienen fuertes niveles de movilidad intergeneracional.

La nueva ley de Trump evitará que muchos futuros tipos de Andrew Carnegie lleguen a EE.UU. No se puede tener historias de mendigo a millonario si expulsas a cualquiera que venga a EE.UU. en harapos. Los empresarios inmigrantes ya no podrían usar cupones de alimentos mientras luchan en sus precarios garajes para crear la empresa que se convierta en el próximo Google o el próximo Intel. Dado que los inmigrantes tienden a ser mucho más emprendedores que los nativos, la nueva ley podría asestar un fuerte golpe al dinamismo económico estadounidense.

El segundo problema con la propuesta de Trump es que las normas administrativas complejas son una terrible forma de hacer política. El sistema bizantino bajo consideración de la administración será muy difícil de manejar para cualquier inmigrante, incluso uno altamente calificado. La mayoría probablemente dejará de usar cualquier tipo de asistencia del gobierno, una medida que agradará a algunos conservadores, pero que tendrá efectos perjudiciales para los niños inmigrantes. Más problemático es que muchos posibles inmigrantes, incluidos los altamente calificados, verían la nueva maraña de normas y simplemente decidirían no intentar ingresar a EE.UU. Este "efecto intimidatorio", como lo llama el Instituto de Políticas Migratorias, podría privar al país de mucho talento.

Finalmente, si el objetivo es aumentar el nivel de habilidades en la inmigración a EE.UU., la política es innecesaria. Durante los últimos años, a medida que la inmigración masiva y de baja calificación desde América Latina ha disminuido, el nivel de educación del inmigrante promedio de EE.UU. ha aumentado rápidamente.

Por lo tanto, el nuevo cambio de norma de Trump no ayudará a reclutar a los mejores y más brillantes para la fuerza de trabajo estadounidense, sino que mantendrá a muchos de ellos fuera. El resultado será un país menos dinámico y más pobre, y acabará con la reputación de EE.UU. de ser un lugar al que pueden llegar personas talentosas sin dinero en el banco, que trabajan arduamente y salen adelante con su propio esfuerzo.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.