Las elecciones estadounidenses de mitad de mandato corren cada vez más peligro de sufrir interferencias de adversarios extranjeros encabezados por Rusia, y los expertos en ciberseguridad advierten que el gobierno de Donald Trump no se defiende adecuadamente de la injerencia.
Está en juego el control del Congreso de los Estados Unidos. Los riesgos abarcan desde campañas en medios sociales con el propósito de engañar a los votantes estadounidenses hasta sofisticada piratería informática que podría modificar la tabulación de los votos.
Por lo menos tres candidatos a legisladores ya han sufrido ataques de phishing que guardan un fuerte parecido con el sabotaje ruso de la campaña 2016. Entre ellos está la senadora demócrata Claire McCaskill de Missouri, que participa en una de las contiendas más reñidas del año.
Facebook ha cerrado decenas de cuentas y páginas para detener lo que parecía ser una campaña coordinada de desinformación.
Tres meses antes de las elecciones, los principales funcionarios de seguridad nacional del presidente Donald Trump están haciendo sonar la alarma. Cinco de ellos ocuparon el podio de la Casa Blanca la semana pasada para advertir sobre la interferencia y delinear los preparativos del gobierno, aun cuando el mismo Trump sigue planteando públicamente dudas sobre la injerencia rusa en la elección de 2016 que él ganó.
¿En qué consistiría el ataque? Estos son algunos de los principales riesgos y un análisis de los daños que podrían causar, según especialistas en ese campo.
Engañar a los votantes
Rusia buscó influir en la votación de 2016 a través de campañas de desinformación y de hackeos y filtración de información dirigidos. Los hackers lo están haciendo nuevamente, como lo demuestran los ataques de phishing a candidatos a legisladores y páginas sospechosas de Facebook.
Interferir a través de los medios sociales sigue siendo una manera barata y eficaz de “arrojar gasolina a los incendios divisivos que ya están ardiendo”, dijo Michael Sulmeyer, director del Proyecto de Ciberseguridad del Belfer Center de Harvard.
Debilitar la confianza
Las elecciones funcionan en las democracias si la opinión pública cree en los resultados. Los hackers rusos ya han identificado esa confianza como punto de ataque en otros lugares. Sólo necesitan crear incertidumbre respecto de la exactitud del escrutinio para debilitar la legitimidad de los dirigentes elegidos. Incluso un ciberataque fallido puede afectar la confianza en los resultados.
Suprimir votos
Es una verdad de Perogrullo que la participación de los votantes decide las elecciones. Los hackers rusos penetraron con éxito los padrones electorales en 2016 en algunos estados. Los expertos en seguridad temen que traten de modificar el electorado en 2018 borrando de manera estratégica información de los votantes. Suprimir la participación o dificultar la votación es la forma más eficaz de alterar los resultados sin modificar los votos en sí.
Alterar el conteo
La opción nuclear es tratar de modificar el resultado de una elección estadounidense manipulando las máquinas de votación o la tabulación de los votos. Una elección reñida con una prueba irrefutable que demostrara que hubo interferencia incluso en un número pequeño de comicios clave “debilitaría la confianza en todos los recuentos de votos y causaría una crisis política”, dijo James Miller, que fue subsecretario de Defensa del gobierno de Obama.
Los adversarios de los EE.UU. tienen ante sí una pregunta estratégica clave, según James Lewis, experto en ciberseguridad del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales: “¿Guardaría usted los mejores trucos para 2020 o quizá experimentaría con un par de ellos en 2018?”
