Los desastres meteorológicos provocadas por el clima en una docena de países africanos amenazan el desarrollo físico y mental de toda una generación, y se prevé que su situación empeore aún más el año que viene, advirtió el director de la Fundación OMS.
La peor sequía en al menos cuatro décadas en el Cuerno de África, al este del continente, y las inundaciones y la escasez de agua en la región del Sahel, al oeste de África, han dejado a 76 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.
Los desastres, exacerbados por el conflicto, están provocando malnutrición infantil y brotes de enfermedades a medida que la población emigra en busca de agua y alimentos, y los sistemas de salud, desbordados, se esfuerzan por responder, detalló Anil Soni, director ejecutivo de la Fundación OMS. La organización sin fines de lucro, que recauda fondos para la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha recaudado este año menos de la mitad de su objetivo de alrededor de US$200 millones para las dos regiones.
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La combinación de hambre y conflicto “va a afectar al desarrollo físico y mental de los niños durante generaciones”, dijo Soni en una entrevista el miércoles. “Que perdamos millones de vidas o menos, creo que depende de la rapidez con que actuemos”.
En las regiones del Sahel y el Cuerno de África, 15 millones de personas han sido desplazadas internamente por desastres climáticos y conflictos. Nigeria, Burkina Faso, Etiopía, Somalia, Sudán y Sudán del Sur se encuentran entre las naciones más afectadas.
Actualmente hay brotes de cólera en siete países de las dos regiones y de sarampión en ocho. Seis países están luchando contra brotes de fiebre amarilla y hay casos de hepatitis E, que es causada por agua potable contaminada, dengue, ántrax y meningitis.
En el Cuerno de África, las lluvias han faltado durante cinco temporadas consecutivas, y la última ha sido la más seca de los últimos 70 años. Aun así, en Sudán del Sur, situado en la periferia de la región, el 40% de la superficie está inundada, por tercer año consecutivo.
En el Sahel, que incluye naciones como Mali y Níger, los niveles de malnutrición son un 60% más altos que en 2018. Alrededor de 1,4 millones de niños menores de cinco años sufren emaciación severa, causada por la desnutrición aguda y que provoca diarrea y un sistema inmunológico comprometido.
Empeorando
“No hay razón para creer que el tiempo el próximo año vaya a ser mejor que el de este año”, lamentó Soni. “Lo que se está viendo es que año tras año las cosas empeoran”.
La OMS ha estado trabajando junto con el Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones en las dos regiones, abordando las crisis de salud que acompañan al hambre y la migración masiva. El bandidaje en el noreste de Nigeria y la actividad yihadista en gran parte de la región están complicando sus esfuerzos ayuda.
“El deterioro de la seguridad agrava la situación en la zona del Sahel, con dificultades para prestar asistencia sanitaria en zonas afectadas por conflictos o ataques contra el personal y las infraestructuras sanitarias”, afirmó la fundación en respuesta a preguntas.
“Estoy seguro, por desgracia, y es una afirmación aleccionadora, de que el año que viene habrá más personas necesitadas que ahora”, afirmó Soni.