El fútbol puede ser el deporte rey, pero el éxito en la cancha requiere de una desagradable batalla financiera para fichar a los mejores jugadores y pagar sus abultados salarios. La renuncia el lunes de toda la junta directiva del Juventus Football Club SpA, incluido su presidente Andrea Agnelli, en medio de múltiples investigaciones sobre la información financiera del club, es un momento devastador para la Juventus y para el universo del fútbol en general.
Aunque el deporte se rige por las llamadas reglas del juego limpio financiero, los equipos buscan continuamente formas creativas de obtener una ventaja. Al fin y al cabo, el descenso a una liga inferior o el hecho de no clasificar ni ganar torneos importantes puede ser económicamente desastroso.
Dado que los reguladores financieros y los fiscales italianos siguen investigando los estados financieros realizados por la Juventus en los últimos años, el nuevo comienzo que los miembros de la junta que renunciaron dijeron que buscaban parece poco probable, y cualquier posible comprador del equipo podría verse disuadido.
Como club que cotiza en bolsa, aunque con el respaldo del rico holding de la familia Agnelli, Exor NV, la Juventus tiene que ser especialmente cuidadosa con la comunicación de la información financiera. Al menos en un aspecto —los salarios de los jugadores— se equivocó, lo que llevó a los auditores de Deloitte a matizar su opinión sobre las últimas cuentas de la Juventus el mes pasado.
Juventus más solo que nunca: renunció el presidente y toda la junta directiva
La renuncia de la junta por este asunto puede parecer excesiva, pero no es el primer paso en falso. Las pérdidas se han disparado, en parte por el impacto de la pandemia en la venta de entradas, mientras que el tan publicitado fichaje de Cristiano Ronaldo en 2018 no trajo consigo la ansiada victoria en la Liga de Campeones. La Juventus recaudó un total de €700 millones (US$720 millones) en dos ofertas de derechos en 2019 y 2021, que es aproximadamente lo mismo que su actual y muy disminuida capitalización de mercado. Y el criticado intento de Agnelli de formar una Superliga europea fracasó el año pasado.
La Juventus se ha enfrentado a dos grandes interrogantes sobre su contabilidad. En primer lugar, los jugadores renunciaron a decenas de millones de euros de sus sueldos en dos temporadas durante la pandemia, lo que permitió al club contabilizar temporalmente menores gastos. Sin embargo, muchos jugadores tenían acuerdos paralelos que les garantizaban gran parte del dinero que no habían recibido en las siguientes temporadas. El regulador financiero italiano Consob y la firma de auditoría Deloitte dicen que la Juventus debería haber reconocido ese pasivo en ese momento (EY auditó las cuentas de la Juventus hasta junio de 2021).
El club planea modificar su comunicación financiera sobre este asunto, aunque señala que no hubo impacto en la caja o la deuda neta. En efecto, la pérdida de €254 millones que la Juventus informó en 2021/2022 fue sobreestimada, mientras que los años anteriores fueron subestimados.
Una segunda investigación, más controvertida, tiene que ver con las ganancias financieras de las ventas de jugadores, que han sido una fuente clave de ingresos para la Juventus y otros clubes europeos en los últimos años. El problema es si las ganancias de capital que la Juventus contabilizó cuando los miembros del equipo se intercambiaron efectivamente con los de los rivales en las llamadas transacciones cruzadas fueron excesivas, dado que muchos jugadores eran jóvenes y relativamente inexpertos.
Di María y la tajante decisión acerca de su futuro en Juventus
La Consob, el ente regulador financiero italiano, obligó a la Juventus a divulgar cifras financieras alternativas a principios de este mes, aduciendo que el club no había presentado pruebas adecuadas de la “razonabilidad” del valor justo de los jugadores involucrados en varias transferencias.
La Juventus afirma que su contabilidad se ajusta a la del resto de la industria del fútbol, que el valor de los jugadores es, en última instancia, subjetivo y que cualquier ganancia por valor razonable se amortiza a lo largo de varios años (y, por lo tanto, acaba repercutiendo en las ganancias). Deloitte no planteó objeciones al respecto cuando aprobó los últimos estados, pero sus rivales no han sido tan comprensivos: LaLiga española quiere imponer sanciones inmediatas al club italiano por sus problemas contables, según informó Bloomberg.
El organismo rector del fútbol europeo, la UEFA, revisó este año las reglas del juego limpio financiero para incluir nuevas pruebas de estabilidad financiera, solvencia y control de costos, e introdujo el requisito de que todas las transacciones se realicen al valor razonable. Aunque se espera que esto frene el crecimiento de los salarios de los jugadores y promueva una industria más sostenible desde el punto de vista financiero, me temo que persistirá la tentación de tomar un atajo para asegurar la victoria en la cancha.
