La startup de biotecnología Colossal prometió resucitar al mamut lanudo y al pájaro dodo. La intención sería reintroducir a los mamuts en Alaska y a los dodos a la isla Mauricio, donde el humano los extinguió.
El Mamut lanudo
La principal atracción de la noticia es, sin lugar a duda, el Mamut lanudo. Extinguido hace diez mil años, este mastodonte de 4 metros de altura y un peso cercano a las diez toneladas fue traído al conocimiento popular por la película “La era de hielo”.
Al igual que sus descendientes, los elefantes, sus largas trompas estaban especialmente adaptadas para arrancar hierbas, y sus dientes planos y parecidos a tablas de lavar eran muy eficaces para masticar plantas llegando a consumir alrededor de 140 kilos de vegetación diaria.
Según antropólogos, sus fósiles fueron encontrados en el norte del continente americano, desde Alaska hasta el sur de El Salvador, siempre cerca de los bosques de pino. Aunque también supo adaptarse a los pastizales y bosques tropicales.
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La hipótesis con mayor respaldo científico respecto a la causa de la desaparición de estos elefántidos apunta al cambio climático. A la desaparición de sus hábitats se sumó la caza de los humanos de finales del Pleistoceno, hace aproximadamente 12.000 años.
La idea de revivir a esta especie se sustenta aún más cuando Thomas Tull, un inversionista tecnológico que produjo la película Jurassic World y ganó dinero invirtiendo en uniformes médicos, subrayó: “En el camino para traer de vuelta a una especie, vamos a aprender cosas que no podemos aprender en un laboratorio de prácticas”.
El Pájaro Dodo
También denominado Raphus cucullatus o dronte, esta ave era originaria de las Islas Mauricio, en el océano Índico y muy cerca de Madagascar. Antes de la llegada de los humanos a esa isla convivían dos especies: el dodo común, que era de un color oscuro o grisáceo, y el dodo blanco, esta última vivía solo en la isla de la Reunión.
Aunque tenía pico, plumas y cumplía con todos los requisitos de ser un ave, el pájaro dodo no podía volar. La razón, según investigadores, es que se adaptaron a vivir en esas islas y, sin depredadores, por lo que no tenían necesidad de volar. Años de sin esa necesidad llevaron a la especie a que se le acortaran las alas y la cola.
El pájaro dodo medía un metro de altura y pesaban entre 13 y 23 kg. Su plumaje cubría todo su cuerpo menos la parte justa de la cara, el pico y las patas. Su principal característica era el pico largo, de alrededor de 20 cm de longitud, y con una ligera forma de gancho. Se cree que con él rompían los cocos, uno de sus alimentos.
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Si bien se trata de una especie ovípara, sus nidos estaban directamente en el suelo. Según los documentos que hallaron se la describe como un ave gorda y lenta. Ante la llegada de los humanos a la isla la vida de esta ave tuvo los días contados. A los europeos les gustó mucho sus huevos y sus plumas. Su condición de exóticos elevó la cotización del dodo en el viejo continente.
En 1581, los navegantes españoles capturaron a un dronte y lo llevaron a Europa. Se dice que en ese viaje y como consecuencia de no saber volar y tener movimientos torpes surgió el nombre “dodo”, que significa “estúpido”. Uno de sus parientes lejanos y vivos más conocidos es la paloma.
Aunque la mayoría de los investigadores coinciden que en 1662 esta especie ya estaba extinguida; algunos autores debaten que el dronte blanco se extinguió casi un siglo después.
NT / ED