Matías Ezequiel Biancucci, Lucas Mey y Santiago Birkner De Miguel son los fundadores de Mirai 3D, un emprendimiento que desarrolla soluciones para planificación y entrenamiento quirúrgico combinando con el diagnóstico por imágenes con tecnología de impresión 3D.
El proyecto fue ganador de la segunda edición del Premio Ciudad Productiva Joven, que se realizó en la sede de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA). Ahora van por más y competirán el 22 de mayo a nivel nacional.
—¿En qué consiste Mirai 3D?
—Somos un equipo de tres personas que nos conocimos estudiando Ingeniería Biomédica en la Universidad Favaloro y lo que hicimos fue aplicar la tecnología de impresión 3D al ámbito médico. En particular estamos trabajando con dos productos, uno en donde a nosotros nos pasan las imágenes de resonancia o de tomografía de los pacientes y con esas imágenes armamos un modelo 3D digital exacto que replica la anatomía de ese paciente en particular. Después lo imprimimos en 3D en plástico para que un cirujano lo pueda tener en la mano antes de entrar al quirófano.
—Eso facilita mucho el trabajo del profesional.
—Teniendo ese objeto físico en la mano, puede hacer la operación de forma mucho más precisa que basándose en una imagen médica o una pantalla. Facilita muchísimo la comprensión que tiene el médico del caso, porque es más fácil para ver en 3D un objeto que lo pueden tocar, rotar, y lo tienen en escala 1 a 1 que ver una reconstrucción virtual en una pantalla plana.
—Mencionaste que trabajan en dos productos ¿cuál es el segundo?
—Hacemos algo muy parecido pero que en lugar de estar fabricado en plástico, está fabricado en silicona. Con distintas siliconas y materiales plásticos, replicamos cada tejido del cuerpo humano. Por ejemplo, usamos una silicona más dura para el músculo y una más blanda para la grasa y hacemos lo que llamamos "simuladores médicos", que permiten practicar: cortar, punzar o suturar sobre el simulador. Se usa, no para planificación quirúrgica de un caso puntual, sino para entrenamiento de habilidades de cirujanos o de endoscopistas.
—¿Qué resultados obtuvieron hasta ahora?
—Todos muy buenos, no tuvimos un solo caso en los que se aplicó que nos hayan dicho que no aportó o mejoró algo. El gran cuello de botella acá es que se trata de un servicio que no está financiado por las prestadoras de servicio de salud prepagas; entonces ahí es donde cuesta que se masifique y que los médicos lo incorporen como algo habitual, porque sería un costo agregado en muchos casos. Pero eso es una paradoja, porque en realidad bien utilizado no agrega costos sino que los baja. Hay que imaginar que si un médico hace mucho mejor una operación, ese paciente probablemente tenga menos postoperatorio, menor probabilidad de falla, menor sangrado porque la operación se realiza en menos tiempo, entonces verlo como un agregado en los costos sería irreal.
—¿De dónde surge la idea de combinar el diagnóstico por imágenes con tecnología de impresión 3D ?
—Nosotros esto no lo inventamos sino que lo vimos que se estaba usando en otros países y lo trajimos para acá. En Estados Unidos se usa, y hay hospitales en Argentina y en varios lugares del mundo que ya tienen centros de impresión 3D y lo están usando. Esto empezó como un proyecto personal, nosotros armamos una impresora 3D por nuestra cuenta de hobby; empezamos imprimiendo cosas para arquitectura y diseño y después nos dimos cuenta que queríamos hacer algo vinculado a lo que estábamos estudiando, que era ingeniería biomédica. Nos acercamos a un profesor de la facultad que estaba trabajando en todo lo que son arterias aortas. Ahí dijimos ‘bueno, hagámoslo como una empresa porque no había muchas cosas acá de ese estilo’; de hecho yo me cambié de Ingeniería Biomédica a Ingeniería Industrial un poco para tener más de conocimiento en la parte de gestión y empresariales porque no teníamos idea.
Una buena causa. Biancucci junto a sus socios trabajan en conjunto con el Hospital Muñiz y el Hospital Municipal de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer, donde implementan su proyecto. "Son dos centros de salud públicos que atienden una gran cantidad de pacientes y muchos de ellos con mucha necesidad, sobre todo económica. Ahí trabajamos con la gente del servicio de broncoscopía del hospital Muñiz y el de Cirugía de tórax del María Ferrer, haciendo prácticas con modelos a medida en silicona para practicar endoscopía y modelos rígidos de estenosis traqueales para planificar las cirugías", cuenta el joven.
En relación a lo que allí hacen, completa: "Eso está buenísimo porque estamos aplicando una tecnología bastante nueva, que acá se practica en centros de salud ‘top’, con médicos que dan todo por la vocación porque la verdad es que no hacen diferencia ahí y en pacientes que lo necesitan y no lo podrían pagar. De hecho eso lo estamos acompañando de todo un trabajo de investigación para ver si presentándolo el día de mañana podamos ver si se puede iniciar un centro de simulación para que se pueda continuar".
Certamen. La segunda edición del Premio Ciudad Productiva Joven, organizada por la rama Joven de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), buscó reconocer la labor de emprendedores y empresarios y su objetivo principal fue promocionar su actividad y fomentar su crecimiento. Podían participar jóvenes de entre 18 y 40 años con control de un emprendimiento o Pequeña y Mediana Empresa (Pyme).
El mismo constaba de siete categorías y hubo un ganador por cada una: Impacto social (Marcos Rodolosi de Talleres de Cine y Artes Audiovisuales para Adolescentes y Jóvenes); Relevo generacional (Mariana Gil Juncal de Baco Club); Proyección internacional (Matías Amata de EXIM); Desarrollo tecnológico (Tomás Chernoff de Che3D); Promoción al oficio (Luciana Goldstein de Ponchi Ponchi Comiditas para jugar); Puesta en valor de la Ciudad (Teatro Gran Rex de Ignacio Andrés Strada) e Innovación y diseño, de esta última resultaron galardonados los miembros de Mirai 3D.
El secretario de jóvenes de FECOBA y uno de los organizadores de la convocatoria, Enzo Espósito, expresó a PERFIL: “Mi principal expectativa en este certamen fue estar a la altura de lo hecho el año pasado. En lo personal siento que pudimos dar la medida de eso, porque el año pasado se hizo un lindo premio, pero en este caso tuvimos visitas importantes como la del Secretario de Emprendedores y PyMEs, Mariano Mayer quien entregó una de las distinciones”.
“El trabajo que nosotros hacemos es acompañar a las entidades que están adheridas a la Federación, pero en este caso fue ir un poco más allá y que cada una de ellas que esté adherida a FECOBA puede postular empresarios jóvenes de su entidad de base. Nosotros podemos acercar a un empresario joven a entidades crediticias con programas específicos que éstas necesitan difundir. Las cámaras y las asociaciones somos ‘puentes’ entre lo público y lo privado”, añadió.
El próximo 22 de mayo en el Senado de la Nación a las 11, se realizará la entrega del Premio Joven Empresario Argentino, el cual tiene como objetivo reconocer a quienes sobresalen en el desarrollo y proyección de su empresa, por incentivar la capacidad competitiva, la innovación, la creación de la riqueza y el fomento del empleo en la sociedad argentina. Del mismo participan los representantes de todas las provincias, más los siete galardonados de la Ciudad de Buenos Aires.
