Ya como país independiente, Chile crea su mayor universidad nacional en 1842, dos décadas después de la Universidad de Buenos Aires. Tras algunos avances, la verdadera reforma universitaria de Chile se produce entre 1967 y 1973, inspirada en la reforma universitaria argentina de 1918 que se inició en la Universidad de Córdoba, pero continuó irradiando por décadas el espíritu emancipatorio en toda Sudamérica y fue considerada una anticipación del Mayo Francés de 1968.
La vanguardia de aquella Argentina de comienzos de siglo XX estaba relacionada con el crecimiento económico acumulado de las décadas anteriores, y seguramente las protestas estudiantiles de Chile de 2011, de las que surge como líder el actual presidente Gabriel Boric, también sean resultado de un proceso previo de acumulación que en alguna medida muestra un éxito económico, aunque no sea social.
Los abuelos croatas de Boric en Punta Arenas debieron conocer a la abuela de Punta Arenas y croata de Máximo
Y las protestas estudiantiles de 2011 en Chile son el resultado de las semillas plantadas otras dos décadas atrás, cuando en 1990 asume el primer presidente democrático de Chile tras la dictadura de Pinochet, integrante de la Concertación (Partido Socialista, Democracia Cristina, Partido Radical Socialdemócrata y Partido de la Democracia, todos de izquierda al centro), que permitió acceso de las clases populares a la universidad a los padres de esta generación.
En Chile las universidades son costosas, y los hijos de los obreros no podrán acceder a ellas. La Concertación no se animó a hacer lo que hizo Perón en la década de los 40, desarancelando estudiar en las universidades públicas para que fueran gratuitas, pero crearon un sistema de financiación para que todo aquel que quisiera estudiar obtuviera un crédito garantizado del Estado que comenzaría a devolver recién después de obtener el título y trabajar, pagando como máximo entre el 5 y el 10% de sus ingresos anuales. Eso posibilitó que hoy el total de alumnos en enseñanza superior de Chile sea en proporción a su población comparable con la Argentina y se esté democratizando el país.
Es la educación, que encuentra en las universidades su grado superior de realización, lo que cambia la cultura política de un país. Fue la vanguardia educativa argentina la que creó una vanguardia política en el país, con mayor participación de las masas que en el resto de Latinoamérica y medio siglo antes que nuestros vecinos.
Se podría decir que Boric es pingüino porque como Néstor Kirchner proviene del sector más austral del país: Punta Arenas, aún más al sur que Río Gallegos contra el Océano Pacífico. La mamá de Néstor Kirchner, María Juana Ostoic, chilena, era de Punta Arenas y también croata, como los abuelos de Boric: muy probablemente se hayan frecuentado en la pequeña ciudad que era hace ochenta años. Al igual que Néstor Kirchner, que estudió en la Universidad de La Plata, los padres de Boric lo enviaron a estudiar a Santiago, donde se convirtió en el líder estudiantil que devino en presidente del país. Con ese legado es comprensible –como cuenta la revista Noticias en su nota de tapa de la última edición titulada “Máximo Kirchner, el heredero que no quiso estudiar”– el enojo de Néstor Kirchner porque la mayoría de los siete fundadores de La Cámpora no tuvieran título universitario. Quizás en esa falta colocaron un techo a la herencia política kirchnerista y definieron su futuro para siempre al carecer de método para incorporar y procesar las nuevas ideas que produce el conocimiento constantemente.
Al revés, Lula, obrero e hijo de obrero, quiso estudiar y no pudo y al llegar a presidente fundó la mayor cantidad de escuelas y universidades para que todos los hijos de obreros puedan ir a la universidad.
En 1874 asumió el presidente más joven de Argentina, casi de la misma edad de Boric, Nicolás Avellaneda, con 36 años. Con solo 30 años Avellaneda fue el verdadero artífice del plan de enseñanza popular de Sarmiento, siendo su ministro de Instrucción Pública. Luego sucedió a Sarmiento como presidente pero el cargo más importante que según él ocupó fue el de rector de la Universidad de Buenos Aires al concluir su mandato como presidente. Siendo rector de la UBA y senador, promovió en 1885 la ley que lleva su nombre, el primer paso hacia la autonomía universitaria que se consuma completamente con la reforma de 1918.
El Chile actual fue generado por el acceso a las universidades de clases populares a partir de la salida de Pinochet
Hoy la Universidad de Buenos Aires tiene más de 300 mil alumnos (ocho veces más que la Universidad de Chile), la Universidad de La Plata superó largamente los 100 mil estudiantes al igual que la de Córdoba, primera del país fundada al comienzo de la colonia, pero las 14 universidades del conurbano bonaerense fundadas desde la llegada de la democracia entre 1989 y 2015, además de la de Lomas de Zamora en 1972, agregaron, sumadas, casi tantos alumnos como la Universidad de Buenos Aires. Seguramente esta nueva generación de universitarios, 80% hijos de familias que nunca pasaron por la universidad, será parte del cambio de la política argentina de las próximas décadas, como lo son hoy en el plano empresarial los creadores de unicornios argentinos, la mayoría, formados en la universidad pública.