—Usted dijo recientemente siempre estuve seguro de la inocencia de Cristina Kirchner. Traté de imaginar la hipótesis de que Mauricio Macri tiene un emprendimiento del interior de la Argentina con sus hermanos, y que para desarrollarlo contó con dinero prestado de Nicolás Caputo. Su amigo de la vida también. Que parte de esa devolución que el video se produjo a través de una sesión de noches en ese emprendimiento, que serán utilizados por empleados de Caputo en una obra a miles de kilómetros y que incluso no siempre siquiera fueron utilizadas. ¿Qué pensaría usted en ese caso? ¿No le parece que sería una situación que puede derivar en un delito?
—Usted está tratando de hacer un paralelo con Hotesur. Se trataba de investigar el lavado de dinero. Eso supone que alguien tiene dinero no declarado y lo pone en el sistema financiero. Y no se puede obviamente blanquear dinero blanco.
—No me refiero al delito de blanqueo sino al precedente de corrupción.
—En esto hay que ser muy estricto. Eso no es un delito. Por lo menos no es delito de lavado de dinero. La pregunta que me hace es si es razonable que le alquile a un contratista del Estado un hotel de su propiedad. Eso ya no es un problema de Cristina. Es un problema del contratista. Ahí tengo dos cosas para decir primero. Tal vez eso merezca un reproche ético, que no es lo mismo que un delito. Tal vez hubo un desliz ético, algo que no cuidaron. Pero no es un delito. Estoy seguro. Hotesur solo recibía y entregaba cheques. Puede ser que ahí entremos en un dilema ético Pero hay un dato que para mí no es menor. Yo siempre me acuerdo que un día leyendo Clarín en aquellos años…
—¿Hoy ya no lo lee más?
—Lo leo, sí, de cuando en cuando. En Clarín hablaban de que a Lázaro Báez le habían encontrado dinero en el exterior. Había dos cuadritos. Uno decía 4 mil millones. Y el otro, 29 millones de pesos. Entonces me puse a ver qué eran los cuadritos. 4 mil millones es la suma que cobró Lázaro Báez por la cantidad de obra pública que desarrolló en los últimos doce años. Los 29 millones de pesos es lo que cobró Hotesur por el alquiler de los últimos 12 años. Es difícil vincular una suma con otra.
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—Es el mismo argumento de Lula con el departamento tríplex: que es poca plata.
—Lo de Lula es peor. No tiene ninguna relación. Lo que se pagó por ese hotel fue a valor de mercado. Lo de Lula es mucho peor, porque nunca se probó que fuera dueño de ese departamento, nunca se probó. Fue a través de un arrepentido que logró reducir su pena de ocho a cinco años de prisión y que se arrepintió diciendo que sabía que una empresa le había dado un departamento en un lugar de una ciudad de Brasil. Pero ahí no había ni un contrato de compraventa, ni a nombre de Lula, ni nadie cercano a Lula. El juez condenó porque habló un arrepentido y un par de vecinos que dijeron que habían escuchado decir que ese departamento era de Lula.
—Quien sí fue a ver el departamento fue la mujer de Lula, pero él nunca lo pisó siquiera y es cierto que no se trata de una persona con un gran patrimonio como la familia Kirchner. La otra causa es la casa de fin de semana que Lula sí usó y que está a nombre de un proveedor del Estado. Sería como la casa que le prestan a Mauricio Macri en Villa La Angostura.
—Son dilemas éticos.
—Pero plantear un dilema ético también tiene un valor político ¿El kirchnerismo debería hacer una autocrítica sobre la corrupción entre el año 2003 y 2015?
—Hubo casos condenados judicialmente, como el de José López.
—Boudou tiene condena. La cantidad de casos es llamativa.
—Casi todas las condenas ocurrieron durante mi mandato presidencial. Demuestra que nosotros no interferimos en la Justicia.
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—¿Su amigo Néstor Kirchner tenía un vínculo particular con el dinero?
—La vida de Néstor era una vida de enorme austeridad. Llegó al Gobierno con una fortuna importante.
—De cualquier forma había trabajado toda su vida como funcionario público. ¿Usted dice que “había sido un abogado exitoso”?
—Digo que había ganado muchos juicios y que le fue muy bien. Su primera declaración jurada habla de una tenencia de cuatro millones y medio de dólares. La declaró el día que asumió como presidente.
—Le pregunto por última vez: ¿habría que haber hecho alguna autocrítica sobre un exceso de casos de corrupción?
—Valoro mucho la ética pública. Tengo todos los cuidados para que en mi gobierno no existan corruptos. Pueden existir. La estructura gubernamental es muy grande.
—Todos los presidentes tienen algún caso, pero la cantidad de casos que se produjo entre 2003 y 2015, de la misma manera que se dice que Lula toleró un sistema de corrupción en el PT.
—Conozco a Cristina hace muchos años. Cuando estas causas asomaban me llamó Marcelo Zlotogwiazda por la causa de los cuadernos. Me preguntó cómo Cristina podía estar no al tanto. La verdad es que los que se corrompen no vienen a contar a los presidentes que se están corrompiendo. En una reunión de ministros no están contándose el acto de corrupción que han cometido.
—Llevaban bolsos con dinero a su casa.
—Hasta acá no está probado. A Marcelo le dije: Cristina a veces es arbitraria. A veces es antipática. Nos molestaba que hablaba todos los días por cadena nacional, no molestaba por teléfono. A veces parece muy soberbia. Pero ladrona no es. No tiene nada que ver con esto.
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