COLUMNISTAS
Brecha social

Buenos Aires desigual

default
default | CEDOC

Buenos Aires es una ciudad muy desigual. En barrios como Lugano y Barracas el índice de desempleo roza el 15%, mientras en Saavedra y Palermo es del 8%. En la Comuna 8 (la más pobre de la Ciudad), el porcentaje de alumnos secundarios repetidores es 13%; en la Comuna 13, en barrios como Belgrano y Núñez, es 3,9%. Menos de un tercio. En esas mismas comunas, el porcentaje de la población que se atiende solo en el sistema público de salud es 43,7% y 4,4%, respectivamente. El ingreso total familiar medio es en la zona sur un 30% menos que en el norte. Los niveles de hacinamiento alcanzan el 18% en barrios como Villa Soldati y rondan el 4% en Palermo, Colegiales, Saavedra.

La enumeración puede prolongarse aún más. La realidad es que vivimos una ciudad con una grieta social que lejos de disminuir ha ido aumentando en la últimos años. Esa fractura social se multiplica si consideramos a la Buenos Aires metropolitana, la ciudad real que va desde Florencio Varela hasta Tigre, desde Moreno hasta Esteban Echeverría. Ese desafío metropolitano no cuenta hoy con herramientas de redistribución ni estrategias de desarrollo que puedan acercarnos a la utopía de una región metropolitana más justa y moderna. Eso se debe a la ausencia de institucionalidad metropolitana. CABA, en cambio, sí tiene esas herramientas. El GCBA, un Estado rico en términos de recursos económicos y capacidades estatales, tiene las condiciones necesarias para achicar la brecha, que es social, educativa, sanitaria, laboral, urbana, etcétera.

En esta década, ha habido ciertos gestos y políticas para el sur de la Ciudad. El traslado de la sede del gobierno, el distrito tecnológico, el de las artes, ciertas inversiones en barrios populares, el proyecto Villa Olímpica se convirtieron en parte central de la política oficial para el Sur. Lo cierto es que, pese a esas decisiones, no ha habido avances significativos en la disminución de la desigualdad en CABA. Lo realizado no alcanza.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Consideramos que la clave para disminuir esa brecha está en el modelo de desarrollo. CABA no ha tenido una política activa en ese sentido. Esta falta de políticas públicas que piensen el desarrollo generó un vacío, una inercia, donde el sur se hace cada vez más pobre y el norte cada vez más rico. La solución, sin embargo, no es quitarles a unos para que tengan otros; la solución es aumentar la prosperidad, la productividad y la riqueza de la Ciudad. Hacer crecer la torta.

Para eso se necesita una estrategia de desarrollo innovadora y metropolitana, pensada desde y para toda la Ciudad, para todos los sectores; que defina qué papel va a tener la producción, cuál el turismo, cuál la ciencia y la tecnología, pero siempre pensando desde las necesidades y desafíos territoriales. Necesitamos, por ejemplo, pensar el desarrollo desde el Sur, considerando sus particularidades, combinándolo con otras zonas de Buenos Aires y su conurbano.

La desigualdad perjudica la calidad de vida de todos, nos enfrenta, nos aleja. Hace a la Ciudad más injusta, más violenta, más caótica, menos sustentable. Las ciudades a las que nos queremos parecer, las que nos seducen cuando las visitamos, son las menos desiguales. Tenemos que proyectar una ciudad donde todos tengan los mismos accesos a derechos, las mismas oportunidades; donde si alguien nace en Villa Crespo o en Pompeya eso no sea un determinante para su desarrollo personal. Esta es, sin dudas, una de las principales agendas del momento.

*Director del Centro de Estudios Metropolitanos.