COLUMNISTAS

Cada vez más radicalizado

La clase media venezolana ha demostrado que, aun con los medios que da un crudo a casi 100 dólares y con un presidente con una acumulación de poder muy fuerte, es posible la acción política, e incluso poner en riesgo a quien está ejerciendo el gobierno sin limitaciones. Los estudiantes pertenecen a esta clase media que lucha por sus convicciones cívicas, mientras la clase alta observa todo desde Miami.

|

La clase media venezolana ha demostrado que, aun con los medios que da un crudo a casi 100 dólares y con un presidente con una acumulación de poder muy fuerte, es posible la acción política, e incluso poner en riesgo a quien está ejerciendo el gobierno sin limitaciones. Los estudiantes pertenecen a esta clase media que lucha por sus convicciones cívicas, mientras la clase alta observa todo desde Miami.
Con una Corte designada por Chávez y con un Congreso en el cual tiene total mayoría, la calle y los medios de comunicación han sido los ámbitos centrales de la campaña de la oposición para impedir la convalidación de la nueva Constitución chavista, que permite la reelección indefinida del presidente como sólo Cuba tiene en América latina.
Un triunfo del No tendría un impacto regional muy importante. Quedaría un Chávez débil y ello permitiría a Brasil el ejercicio más pleno de su liderazgo benévolo en la región. Dadas las alianzas que ha tejido el presidente venezolano, su derrota alentaría a la oposición en Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. El efecto podría ser de particular intensidad en este último país, donde Evo Morales atrviesa una seria crisis y depende cada vez más del respaldo de su aliado venezolano.
A su vez, un triunfo categórico de Chávez producirá los efectos contrarios a los mencionados. Pero la política a veces elude el blanco y el negro y bien podría suceder que el Sí a la reforma gane por escaso margen, en un proceso electoral viciado y confuso que dé sustento a las denuncias de fraude de la oposición.
Podría ser así que surja un Chávez victorioso en el referéndum, pero debilitado políticamente, al quedar en duda la legitimidad de su triunfo. La radicalización del presidente es cada vez más drástica. En política exterior, está profundizando la alianza con Irán; la marcha hacia el socialismo se materializa en avances hacia la estatización, sin que ello impida la existencia de la boliburguesía, término con el cual se denomina a los nuevos hombres de negocios surgido a la sombra del poder.
El enfrentamiento con el rey de España lo muestra asumiendo un planteo antiimperialista étnico, que coincide con su intento de forzar un Bolívar afro-indígena, negando el hecho objetivo de su pertenencia a la clase alta criolla de la Venezuela hispánica. Gane o pierda, Chávez quizá ha avanzando demasiado en esta radicalización, lo que también parece sucederle a Evo Morales en Bolivia y lo que puede tener lugar también con Correa en Ecuador.