La semana pasada me invitaron al 13º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que desde 1996 organiza la Fundación Mempo Giardinelli en Resistencia, Chaco. Entre los cuarenta autores, profesores y editores iberoamericanos que estaban invitados, algunos fuimos a la mañana a hablar con los chicos a distintas escuelas (siempre los chicos hacen las mejores preguntas). Otros coordinaron talleres literarios de lectura y escritura. A la tarde las mesas redondas se hacían en el auditorio frente a unas 2.500 personas. ¿Quiénes eran esas personas? La mayoría, docentes de todas las provincias e incluso de países limítrofes como el Paraguay.
En mi mesa se habló de cómo las nuevas tecnologías afectan el modo de leer. Lo que saco en limpio es que sí, efectivamente Internet afecta mucho la forma de leer, y que el vértigo que nos da ese cambio lo sentimos nosotros por estar en un momento paradigmático, pero las nuevas generaciones lo toman con naturalidad. Por las preguntas que hizo el público se nota que las nuevas tecnologías provocan miedo y aprehensión en los profesores que ven a sus alumnos leer de una forma nueva, que a veces les parece que no es leer. Pero los adolescentes leen, leen de una manera audiovisual, con ojos y oídos. Les tememos a estas nuevas hordas bárbaras, como dijo Alejandro Piscitelli citando a Baricco, “los bárbaros de Google”. Pero son ellos los que van a conformar un nuevo orden de las cosas. El peligro es quedarnos afuera de esa nueva forma en que se está ordenando el conocimiento.
Creo que lo que se habló en este 13º Foro fue del futuro. Le agradezco a Mempo Giardinelli la invitación porque nunca me sentí parado tan cerca del futuro como en el Chaco el pasado 15 de agosto.