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agenda complicada

Cristina, cercada por todos los frentes

La crisis financiera internacional es hoy la cuestión central para la Argentina, como para el resto de los países del mundo. El aumento del riesgo país, la caída de la Bolsa, la baja del precio de la soja, la disminución del consumo y las suspensiones en la industria automotriz, son elocuentes al respecto.

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La crisis financiera internacional es hoy la cuestión central para la Argentina, como para el resto de los países del mundo. El aumento del riesgo país, la caída de la Bolsa, la baja del precio de la soja, la disminución del consumo y las suspensiones en la industria automotriz, son elocuentes al respecto. Brasil ha comenzado a devaluar y ha lanzado un programa de rescate de sus bancos, buscando anticiparse a los inevitables efectos de la crisis, y Venezuela ya ha advertido que con petróleo por debajo de los 90 dólares como está hoy, tendrá que realizar un ajuste fiscal. Ello hace que temas que parecían decisivos hasta hace una semana, como el pago al Club de París y la reapertura del canje de deuda, hayan perdido relevancia. Las medidas tendientes a lograr que Argentina recupere confianza, para así acceder a los mercados, han perdido sentido, porque ya no hay mercado, como lo muestra el riesgo país de la Argentina. La administración Kirchner se verá obligada a un fuerte ajuste, frente al cual da prioridad a lograr que el Congreso apruebe cuanto antes del Presupuesto 2009, que incluye el uso de los llamados superpoderes.

Nuevamente, el oficialismo subestima el paro del campo. Las entidades de la Comisión de Enlace se encaminan hacia reclamar contra los superpoderes, buscando así puntos de confluencia con la oposición y la opinión pública, que sigue crítica respecto al Gobierno nacional.

El cambio en la situación internacional, hace que entre marzo y julio, el campo protestara por su rentabilidad, pero ahora lo hace por su subsistencia. A su vez, la corrupción se está transforando en un problema político creciente para el oficialismo.

Un primer fallo de la Justicia ha determinado que la campaña de Cristina Kirchner no ha podido justificar sus fondos. Ello coincide con el juicio que se realiza en Miami sobre el llamado Valijagate, en el cual está en discusión si los fondos provenientes de Venezuela iban o no al financiamiento de esta campaña y la investigación sobre el narcotráfico con la efedrina, donde se plantea que empresas que han participado en ese negocio aportaron para el financiamiento de la campaña oficialista. Este tema ha provocado un fuerte conflicto entre la ministra de Salud (Ocaña) y el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (Capaccioli).

La causa Skanska, que ha vuelto a moverse con más citaciones; la constitución de una sociedad para dar asesoramiento económico y financiero a empresas por parte del matrimonio Kirchner poniéndola a cargo de su hijo, y nuevas denuncias sobre los fondos de Santa Cruz depositados en el exterior, muestran que el tema corrupción se ha transformado en un flanco débil del oficialismo.

Por su parte, la oposición da señales de agruparse. La convención de la UCR se reunió convocando a los disidentes, sin rechazar en forma definitiva un posterior acuerdo con el vicepresidente Cobos. El Partido Socialista, cuya figura nacional más importante es el gobernador de Santa Fe (Binner), hizo pública su intención de avanzar en una alianza electoral con el radicalismo.

A su vez, Elisa Carrió declaró públicamente que podría sumarse a esta confluencia, siempre que quede fuera de ella el vicepresidente.

Todos estos sectores coinciden en reclamar el fin de los superpoderes y van delineando un frente opositor de orientación social-demócrata, similar a lo que representó ideológicamente la Alianza a fines de los noventa.

Pero la clave del proceso político sigue estando en el peronismo, que está tomando distancia de Kirchner. En un extremo, el peronismo disidente coordinado por Eduardo Duhalde enfrenta abiertamente al ex presidente y en el otro, sus voceros como el diputado Carlos Kunkel siguen expresando el apoyo irrestricto a él.

Pero entre ambos, el grueso del peronismo sigue tomando distancia del oficialismo nacional.

El gobernador Das Neves lanzó públicamente su candidatura a presidente, con críticas a Kirchner. La CGT presiona al Gobierno nacional reclamando un aumento de 500 pesos para todos antes de finalizar el año y se profundiza la diferencia ideológica con el kirchnerismo con el reclamo de que se investigue el asesinato de Rucci.

La discusión del Presupuesto 2009 en el Congreso en las próximas semanas será el ámbito donde se pondrá a prueba el grado de apoyo efectivo que el peronismo mantiene respecto al oficialismo. Los efectos de la crisis mundial ya han llegado a la Argentina. La industria de la construcción tiene suspendidos ya a 60 mil trabajadores, que es el 17% del total; en la industria automotriz también se extienden; la agroindustria, suma ahora a los conflictos, la fuerte caída de precios y el consumo en sus diversas manifestaciones ya llegó.

En el mundo ya no se discute si llega la recesión, sino si ésta se transformará en recesión o no, y en la Argentina la discusión ya no es si llega o no llega, sino qué haremos para que la inevitable recesión sea lo más corta posible.


*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.