Entre las cosas que todos saben de Drácula, el vampiro protagonista de la novela publicada por el irlandés Bram Stoker en 1897, es que está inspirado en la figura de Vlad III, príncipe de Valaquia, y en viejas leyendas transilvanas del siglo XV. Pero desde hace algunos días los estudiosos hablan de algo nuevo: al parecer la principal inspiración de Stoker fueron dos libros de Sabine Baring-Gould: The Book of Werewolves, acerca de los hombres lobo, y Margery of Quether, que cuenta la historia de una vampira y fue publicado pocos meses antes de que Stoker se pusiese a trabajar en la novela que lo hiciera famoso. Andy Struthers va a presentar una tesis en el congreso mundial dedicado a Drácula en Dublín, el 20 y 21 de octubre de este año; mientras tanto anda a la busca de un editor que publique su estudio Dracula Incarnate: Unearthing the Definitive Dracula. A su teoría se opone Dacre Stoker, bisnieto de Bram Stoker y autor de una secuela de la historia.
Dracula está ambientada en 1890 y cuenta la historia del conde vampiro que quiere emigrar de Transilvania a Londres; pero un grupo de hombres y mujeres guiados por el profesor Abraham Van Helsing consigue evitarlo. Stoker nunca visitó Europa del Este, pero durante años investigó mucho sobre los vampiros en la historia y el folclore europeos. De hecho, los vampiros no son un invento de Stoker: ya estaban presentes en mitos e historias populares de Europa del Este, y ya habían inspirado varias obras occidentales, como La novia de Corinto (1797), de Goethe, y la novela El vampiro, de Polidori, médico y amigo de Lord Byron (la novela fue publicada en 1819, erróneamente atribuida a Byron).
Al parecer, cuando Drácula fue publicada, todos la conectaron con el trabajo de Emily Gerard, The Land Beyond the Forest, donde se habla del mito de los vampiros en Transilvania. Pero según Struthers el trabajo de Gerard fue decididamente indispensable para Stoker, aunque sólo en lo referente a Transilvania, lugar que por otra parte Stoker no conocía.
El bisnieto del escritor, por su parte, dice estar de acuerdo en la importancia de los relatos de Baring-Gould, pero no los considera una fuente de inspiración primaria. Según Dacre Stoker, los cuentos de Baring-Gould fuero sólo una de las tantas fuentes de Stoker, que plasmó a Drácula a partir del folclore popular y los trabajos de Emily Gerard. De hecho, Drácula es un vampiro, dice, pero que se comporta como un licántropo: cuando desembarca en Whitby, donde se desarrolla gran parte de la novela, Stoker lo describe como un gran perro negro, y luego, ya en Londres, se transforma en lobo.
Aquí pensamos que la teoría del bisnieto es bastante convincente, pero ponemos todas las fichas en Struthers porque sentimos debilidad por los estudiosos que aparecen de la nada pateando el tablero.