¿Por qué buscas a los vivos entre los muertos? ¿Por qué creo que las películas de James Bond están agotadas y que hay que buscarlas en otro lado? Por ejemplo, en la notable La chica del dragón tatuado, de David Fincher. En principio, el papel del periodista Michael Blomskvist es interpretado por Daniel Craig, que viene haciendo de James Bond en la última etapa. Pero en esta película, James Bond se abre a otras sensiblidades que para el personaje de la franquicia de Ian Flemming no están permitidas: una violación anal, la irrupción de la potencia femenina no sólo como hermosas acompañantes.
Ya desde el comienzo es una película Bond. Una llamada telefónica, una intriga y los títulos de la film mientras se muestra un video clip, pero esta vez con música de Led Zeppelin: “Immigrant Song”. Rooney Mara, bajo la piel de la hacker Lisbeth Salander, hace lo que las chicas Bond no pueden hacer: pelea, se venga, está deprimida y tiene resentimientos de clase. El tipo de sujeto al que Mark Fisher reivindica como los únicos que pueden empezar una revolución porque ya no tienen nada que perder.
Hay una escena para pensar el pudor como algo malísimo. Craig entra en la casa del que sospecha que es el asesino, pero éste llega y trata de escapar. Cuando sale se cae y el asesino lo encuentra. Y le pregunta qué está haciendo por ahí. Nada, dice Craig, salí a pasear. Bueno, entrá a tomar una copa. Bond duda pero entra. Cuando el asesino lo tiene atado y listo para torturarlo, le pregunta: “¿Por qué el pudor pudo más que el miedo?”