Faltan dos semanas para el momento en el que se decidirá quién tomará el timón de una Argentina llena de problemas. No tenemos la bola de cristal como para saber quién será el ganador, tanto las PASO como la primera vuelta se definieron por situaciones que se produjeron en los días previos.
Debemos entonces estar atentos, tanto a los acontecimientos cotidianos como al nivel de profesionalización de ambas campañas. Como siempre las emociones jugarán un papel central en todo esto y el que tiene más para perder en este sentido es Milei. Pero problemas como la falta de combustible u otros que se le presenten son temas que Massa está obligado a resolver si no quiere ser cuestionado en su capacidad de gestión y de mando.
La aparición explícita de Mauricio Macri como virtual jefe de campaña del libertario muestra que el expresidente está dispuesto a jugar el todo por el todo. Si Milei pierde, la figura del expresidente se ensombrecerá. No es lo mismo que debiera suceder con el libertario, finalmente es una figura emergente que tiene la posibilidad de seguir construyendo políticamente.
Por el contrario, si Milei venciera la figura de Macri se vería engrandecida. Finalmente gracias a él habría en la Presidencia un gobierno liberal. Luego veremos qué sucede con la lucha de egos entre ambos.
Luego del tropezón en A24 Milei parece haber entrado a boxes, las líneas de comunicación parecen haberse suavizado, hemos visto en las redes spots hablándole a las mujeres en un clima sumamente apacible, al tiempo que hay comunicación negativa sobre Massa.
Claro que nuevamente tampoco lo ayudan declaraciones de sus voceros hablando del Mercado de Órganos. En la próxima semana tiene por delante un debate que tendrá un gran peso en la decisión final de los electores.
Su gran riesgo es descontrolarse y hacer crecer todos los miedos que su figura genera, tanto en indecisos como en quienes lo votan para evitar que gane Massa.
Lo que logró puede quedar sepultado ante cualquier exabrupto a los que nos tiene acostumbrados. Finalmente fueron estos los que lo llevaron a conseguir sus votos. Y esos mismos los que tambien evitaron que siga creciendo.Por eso el “Gato” Macri, está tratando de domar al “León”. Quien desde el acuerdo de Acassuso apareció gráficamente más como un personaje de Disney, que como el personaje bravío con el que abría sus actos políticos. Veremos finalmente si su inteligencia política se sobrepone sobre su emotividad. Algo de esto quiso decir Luis Juez, cuando dándole el apoyo electoral a LLA dijo que no se hacía cargo del pastillero de medicamentos que el libertario necesitaría para gobernar un país que muy probablemente, se le revelaría, apenas comience a tomar las primeras medidas.
Llama la atención que se llame a votar por alguien de quien se dice pueda incendiar un país. Para corregir este dislate debió aparecer Macri diciendo que Milei recién empezaban a conocerse, pero que éste nunca le mintió. Y ¿qué pasa por el campamento del Tigre? Allí todo es orden e hiperactividad, Massa sigue cumpliendo su doble rol de ministro y candidato, pero el tema de las naftas lo obligó a un ejercicio doble.
Mostrar decisión y calma ante la situación al tiempo que terminado el acuerdo de precios, debió aceptar un aumento para que el mercado se fuera abasteciendo. Mientras en AMBA la situación se regularizó rápidamente, fue el interior en donde más se tardó en solucionar el problema. ¿Fue un tema de error de gestión? ¿Un tema de lobbies empresarios?
Para equilibrar continuaron los anuncios y las acciones, entre ellas, reuniones con los trabajadores de Rappi, la transformación de programas sociales en programas de empleo, la extensión del período para la jubilación anticipada, el reconocimiento de deudas del Estado a La Pampa, que posibilitarán la construcción de viviendas en una provincia en donde ello es prioridad.
Finalmente en una semana se enfrentarán en el debate, sin machetes, sin ayudamemoria, allí se verán a pleno las personalidades, los equilibrios emocionales. Será la semana en la que se definirá la elección.
*Consultor politico.
