Desde una de las redes sociales, este ombudsman recibió una pregunta para la cual no tiene respuesta, aunque intentará aportar algunos datos y elementos que le faciliten a mi interlocutora y, por extensión, a los lectores de PERFIL a quienes interesan las cuestiones vinculadas al periodismo y la comunicación. “Telecom-Cablevisión, ¿multiplicará las voces o tenderá a acallarlas?”, interrogaba.
La megafusión entre ambas empresas, recientemente aprobada por el Gobierno, fue anunciada a fines de junio y consignada por este diario el sábado 30, en la página 28, con el título “Aprobaron la fusión de Telecom-Cablevisión y le imponen condiciones”. Se aclaraba en la bajada que “para evitar monopolios, se desprenden del 9% de los clientes de Arnet y deberán ceder espectro” (http://www.perfil.com/noticias/economia/aprobaron-la-fusion-de-telecom-cablevision-y-le-imponen-condiciones.phtml). Esta medida ya ha originado múltiples críticas de competidores, cuestionamientos parlamentarios e incluso una denuncia penal contra Esteban Greco, el funcionario de Defensa de la Competencia que firmó la resolución.
Esto, en cuanto a lo informativo. En su editorial del domingo 24 de junio, Jorge Fontevecchia había anticipado la medida gubernamental: “En Estados Unidos un juez, contra la voluntad de (Donald) Trump, acaba de autorizar la fusión de la mayor telefónica del mundo, ATT, con Time Warner, dueña de CNN y HBO entre muchos otros medios. Con el avance de la tecnología, resultaría ilógico no autorizar la fusión de Telecom con Cablevisión, pero el Gobierno tiene que cuidar que no exista ningún abuso de posición dominante”.
Cuando poderosas empresas en el campo de las telecomunicaciones amplían su poder y se transforman en imperios mediáticos, los riesgos de que sea la audiencia la mayor perjudicada van creciendo de manera exponencial. Esto es así en el plano de la televisión, la radio, internet y telefonía, como en el del periodismo gráfico. En la certeza de que PERFIL dedicará espacio amplio a analizar lo que viene en relación con la integración de ambas empresas, dejaré que expertos institucionales de organismos independientes se refieran a una problemática que inquieta a periodistas, medios y consumidores de noticias en todo el mundo.
Toby Mendel (director ejecutivo del Centro para la Ley y la Democracia, ONG de derechos humanos con sede en Canadá), Angel García Castillejo (abogado, experto en Derecho de la Información) y Gustavo Gómez (director ejecutivo de Observacom, Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia) comparten la autoría de un profundo trabajo de investigación publicado por la Unesco en 2017, con el título “Concentración de medios y libertad de expresión: normas globales y consecuencias para las Américas”. Citan los autores un informe de la relatoría especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: “En la sociedad actual, los medios de comunicación masiva (…) tienen un innegable poder en la formación cultural, política, religiosa, etc., de todos los habitantes. Si estos medios son controlados por un reducido número de individuos, o bien por solo uno, se está, de hecho, creando una sociedad donde un reducido número de personas, o solo una, ejerce el control sobre la información y, directa o indirectamente, la opinión que recibe el resto de las personas. Esta carencia de pluralidad en la información es un serio obstáculo para la democracia. La democracia necesita del enfrentamiento de ideas, del debate, de la discusión”. (Ver el informe completo en http://unesdoc.unesco.org/images/ 0024/002480/248091S.pdf).
Existen, de hecho, normas nacionales y plurinacionales que regulan estas concentraciones e impiden que se caiga en prácticas monopólicas y discursos únicos derivados de ellas. La no aplicación, o aplicación parcial y sesgada de esas normas ya aceptadas y respaldadas por todos los organismos vinculados con la temática, constituye un flagrante acto de desprecio por los intereses de las audiencias, que demandan y merecen el derecho a una mejor, plural y veraz información.
Dos perlitas. En la edición de ayer, PERFIL cometió dos errores, comprometiendo la portada del diario y la del suplemento SuperCampo:
- En el primer caso, se afirma en tapa que el ex jefe del Ejército César Milani, preso por delitos de lesa humanidad, “pasó de (su detención en) Ezeiza a Campo de Mayo”. En la nota pertinente de la página 11 se dice que el militar “pedirá un nuevo cambio de cárcel para evitar maltratos”, aunque “no consigue que ni la Justicia ni el Servicio Penitenciario Federal escuchen sus reclamos”. Por ahora, sus abogados solo anunciaron que insistirán en su pedido de traslado a Campo de Mayo, pero Milani sigue en Ezeiza.
- En la tapa de SuperCampo, el error es risible: “El pollo (carne y huevos) se ha convertido en la proteína animal más consumida en el país”. Como es sabido, los pollos aún no tienen la habilidad de poner huevos.
