¿En qué billete aparecerá Pinedo, presidente de un jueves de calor de 2015?
Como revancha de las fuerzas naturales frente a las discursivas nació mi hija, la pequeñísima Frida. Paso días desconectado pero cae Cablevisión a instalar un decodificador. Tenían turno para otro día pero los técnicos merodean por la zona y me preguntan si pueden venir. Llegan antes que yo de la clínica. Cristina se despide. Me cambian de canal porque en el vivo el HD no se aprecia. Tres funcionarios del PRO se aburren en la Usina del Arte en HD. Pero me lo hacen ver para que les firme los papeles. Vuelvo curioso al 7. Les digo que es raro que en un espacio de artes se televisen mítines políticos, como si la propiedad de la Usina fuera del PRO, como lo fue la del Botánico, oficina palermitana de Macri. No creo que los de Cablevisión estén militando en casa. No parecen programados por Clarín, que hoy cita mal y traduce de The Guardian: “Cientos de personas se reúnen para escuchar las palabras de despedida de Cristina Fernández”, jugando a no saber que “thousands” no es cientos sino miles y eligiendo menoscabar el acto. La coartada es amplia: el nudo legal sobre los símbolos fue atado de maneras industriosas por ambos bandos tironeantes y la distracción de la realidad es una puesta en escena perfecta, abigarrada.
Querida Frida: has tenido el tacto de adelantarte para nacer bajo presidencia institucional. Si hubieras nacido en fecha, hoy, jueves, ¿cómo haría para explicarte quién gobernaba el día que naciste y que nadie lo votó y que rigió doce breves horas de calor y estupidez?