El número de abril de la revista National Geographic está dedicado al tema de las razas humanas –que no existen, sino como construcción social– y el editorial de la directora, Susan Goldberg, habla del hecho de que durante años los artículos de la National Geographic contuvieron frases racistas, ignoraron a los afroamericanos, salvo para mostrarlos como obreros o trabajadores domésticos, describieron a las poblaciones nativas de otros países del mundo como “felices cazadores” y “nobles cazadores exóticos” y no hicieron nada para contrarrestar los estereotipos sobre los diferentes colores de piel. Goldberg le pidió a John Edwin Mason, un profesor de la Universidad de Virginia especializado en historia de la fotografía e historia del Africa, que estudiara los archivos de la revista fundada en 1888 para descubrir en qué medida fue racista en el pasado. Entre las cosas que Mason encontró en los archivos hay un artículo de 1916 dedicado a Australia en el que bajo la fotografía de dos aborígenes el epígrafe dice: “Estos salvajes tienen el nivel de inteligencia más bajo de todos los seres humanos”.
Mason encontró también un artículo dedicado a Sudáfrica, de 1962, es decir de cuando en el país regía el apartheid: éste no mencionaba de ningún modo la cuestión, a pesar de que solo dos años y medio antes había tenido lugar la matanza de Sharpeville, en el que fueron asesinados 69 sudafricanos negros.
En la tapa del número de abril hay dos niñas de 11 años, Marcia y Billie Biggs: una tiene piel blanca, la otra negra, pero son gemelas heterocigotas. Entre los artículos publicados hay uno del Premio Pulitzer Elizabeth Kolbert que explica por qué las razas no existen científicamente, otro sobre la ansiedad que muchos estadounidenses blancos experimentan por el hecho de que la demografía de los Estados Unidos esté cambiando y otro sobre los matrimonios entre personas que pertenecen a etnias distintas.
Susan Goldberg confirma que en los próximos meses la National Geographic seguirá ocupándose de los prejuicios hacia diferentes etnias. Por ejemplo, en el número de mayo contará algunas historias de los 3,45 millones de estadounidenses musulmanes, que provienen de más de 75 países distintos y cuyas familias, en muchos casos, viven en los Estados Unidos desde hace más de cien años. También hablará del hecho de que las personas de origen hispano están teniendo cada vez más influencia en los Estados Unidos desde el punto de vista político y cultural, dado que se volvieron la más grande minoría étnica, y las contribuciones en el campo de la medicina, la tecnología y la economía de las personas de origen asiático.
Los prejuicios siguen teniendo mucho peso en la vida de las personas y esto es lo que hace que el racismo siga existiendo. “Hoy es extraño ver lo que los redactores, editores y fotógrafos preferían conscientemente no ver”, dice Mason. En los años 60 la National Geographic era para muchas personas el único modo de descubrir cómo se vivía en otros rincones del planeta. “Se puede decir que una revista puede al mismo tiempo abrirte la mente y cerrártela”, agrega Mason, aludiendo a que la famosa revista se ocupó durante años de confirmar los prejuicios de sus lectores.
“Durante décadas, nuestra cobertura fue racista”, dice Susan Goldberg, “para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo”.